El teléfono celular parece haber llegado para formar parte de nuestras vidas por un largo rato. Ya sea porque es necesario para algunos trabajos, en las tareas escolares, para comunicarse o simplemente para divertirse.

Y pese a que este aparato es útil para facilitar tareas del día a día, también es cierto que el abuso en su uso ha sido asociado por varios estudios con diversos problemas de salud integral.

Expertos indican que el tiempo que se pasa en los teléfonos móviles interfiere con los patrones de sueño, la autoestima, las relaciones, la memoria, la capacidad de retención, creatividad y productividad, así como habilidades para resolver problemas y tomar decisiones.

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Ahora, un reciente conjunto de investigaciones apuntan a que el uso excesivo del celular ocasiona niveles poco saludables de estrés, lo cual detona diversas afecciones que ponen en riesgo el bienestar y la salud de una persona.

Efectos negativos del estrés

El estrés es causado por la hormona conocida como cortisol. Su liberación genera cambios fisiológicos que incluyen aumentos repentinos en la presión arterial, la frecuencia cardíaca y el azúcar en la sangre.

Aunque estos cambios ayudan a una persona a reaccionar y sobrevivir ante amenazas físicas graves, cuando suceden sin estar en peligro físico pueden tener repercusiones serias en la salud.

Tener niveles de cortisol elevados crónicamente ha sido relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves, como depresión, obesidad, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, problemas de fertilidad, hipertensión arterial, demencia e infartos cerebrales.

Consejos

La buena noticia es que los efectos negativos del cortisol inducidos por permanecer alerta al teléfono celular se pueden prevenir. Basta con adoptar hábitos saludables en su uso, entre los que se encuentran:

-Apagar todas las notificaciones innecesarias, solo dejar aquellas que realmente sean importantes.

-Esconder de la pantalla principal las aplicaciones que más estrés generen o, mejor aún, borrarlas durante unos días y ver si son necesarias o no.

-Prestar atención a cómo cada aplicación nos afecta físicamente. “Si no estamos conscientes de nuestras sensaciones físicas, no cambiaremos nuestros comportamientos”, dijo Judson Brewer, director de investigación e innovación en el Mindfulness Center de la Universidad de Brown.

-Realizar descansos regulares, donde se aleje el celular.

 

Vía: The New York Times