La exposición al plomo entre los niños puede causar discapacidades de aprendizaje a lo largo de toda su vida y problemas de conducta.

Para ayudar a proteger a tu familia, la Academia Americana de Pediatría sugiere:

  1. Si tu hogar fue construido antes de 1978, pide que se la haga una prueba para plomo.
  2. Si estás haciendo reparaciones, asegúrate de que el trabajo se realiza correctamente para evitar la liberación de polvo de plomo.
  3. Evita que los niños jueguen cerca de pintura vieja, pelada o desprendida.
  4. Cubre la suciedad cerca de una casa vieja con pasto o mantillo (materia orgánica en descomposición).
  5. Pídeles a tus niños que se laven las manos regularmente, especialmente antes de comer.
  6. Limpia el polvo y trapea con frecuencia.
  7. Quítate los zapatos antes de entrar a tu hogar.
  8. Usa sólo agua fría para beber, cocinar o mezclar fórmula para bebés.
  9. Alimenta a tus niños con una dieta nutritiva y equilibrada, que pueda ayudarles a absorber menos plomo.

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Recuerda que los altos niveles de plomo en el cuerpo pueden desembocar en problemas en el cerebro, los riñones y la médula ósea (el tejido suave dentro de los huesos responsable de la producción de células sanguíneas). Los síntomas de dichos niveles de plomo incluyen dolor de estómago, dolores de cabeza, vómitos, confusión, debilidad muscular, convulsiones, pérdida de cabello y anemia (bajo recuento de glóbulos rojos).

Asimismo, tener niveles bajos de plomo en el cuerpo puede ocasionar otros males, entre ellos problemas de atención, problemas conductuales, dificultades para aprender y disminución en el coeficiente intelectual de los niños pequeños.

 

Vía: Health Day News / Family Doctor