La sordera —también conocida como pérdida de audición— es la incapacidad de oír de la misma forma que la mayoría de las personas. Esta pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda.

La sordera puede afectar a uno o ambos oídos y, quien la padece, presenta dificultades para escuchar una conversación o sonidos fuertes.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que aproximadamente 360 millones de personas en el mundo padecen esta afección. De los cuales, 32 millones son niños.

La pérdida de audición puede aparecer por causas genéticas, complicaciones en el parto, algunas enfermedades infecciosas, infecciones crónicas del oído, el consumo de determinados medicamentos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento.

Sin embargo, se calcula que el 60% de los casos de sordera en niños menores de 15 años se debe a causas prevenibles.

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Es por ello que la OMS recomienda una serie de estrategias para la prevención de la pérdida de audición en los pequeños:

1 Vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia, en particular el sarampión, la meningitis, la rubéola y la parotiditis.

2 Administrar la vacuna contra la rubéola a las mujeres adolescentes y en edad reproductiva, antes de que deseen tener un embarazo.

3 Prevenir las infecciones por citomegalovirus en embarazadas mediante una higiene correcta; efectuar pruebas para detectar y tratar la sífilis y otras infecciones.

4 Seguir prácticas correctas de atención otológica (cuidados del oído).

5 En los niños, realizar pruebas de detección de la otitis media y llevar a cabo las intervenciones médicas o quirúrgicas que convengan.

6 Evitar el uso de algunos medicamentos que puedan ser nocivos para la audición, a menos que sea prescrito y supervisado por un médico.

7 Remitir al especialista a los bebés que presentan riesgos altos (por ejemplo, los que tienen antecedentes familiares de sordera, los que han nacido con bajo peso o han sufrido asfixia del parto) a fin de someterlos a una evaluación y diagnóstico tempranos y garantizar que se les dispensa el tratamiento adecuado.

8 Reducir la exposición a ruidos fuertes (tanto en el trabajo como en las actividades recreativas).

 

Vía: Organización Mundial de la Salud (OMS)