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Ahora que nos encontramos en una época de clima más cálido, es común que se repoduzcan más las garrapatas. Dicho auge potencial en estos insectos podría llevar a que aumenten los casos de enfermedad de Lyme, una afección bacteriana transmitida específicamente por las garrapatas de patas negras, que suelen picar a venados o ratones infectados con la bacteria Borrelia burgdorferi.

Cuando las garrapatas se adhieren durante al menos 36 horas —lo que los estudios han demostrado como el período mínimo necesario para transmitir las bacterias causantes de Lyme— muchos pacientes desarrollan una erupción en el sitio de la mordida dentro de siete a 10 días. Si no son tratados rápidamente, en pocas semanas pueden desarrollar síntomas como dolores de cabeza, arritmias cardíacas, erupciones cutáneas y parálisis facial. En cuestión de meses, el Lyme puede conducir a artritis, particularmente de la rodilla.

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Ante ello, los expertos en enfermedades infecciosas de los niños rutinariamente asesoran a los padres sobre cómo proteger a sus hijos de la enfermedad de Lyme. Aquí les dejamos tales consejos, cortesía del Sistema Nacional de Salud Infantil de Estados Unidos:

  1. Ayuda a tus niños a que eviten la exposición a las garrapatas, ya sea vistiendo mangas largas y pantalones, o usando  repelentes con 20 a 30 por ciento de DEET, que es el ingrediente más habitual de los repelentes de insectos. Estos repelentes pueden utilizarse en bebés de tan sólo 2 meses de edad y son seguros para la mayoría de los individuos.
  2. Checa que tus hijos no traigan garrapatas cada vez que hayan pasado tiempo fuera. La mejor manera de hacerlo es revisar al niño cada noche. Antes del baño o de la hora de acostarse, retira la ropa de tu niño y revisa cada parte de su cuerpo, incluyendo el pelo, las axilas, la región de las nalgas y los pliegues de la rodilla.
  3. Si encuentras una garrapata, acude con un profesional de la salud para retirarla.
  4. Infórmate sobre cómo lucen las garrapatas de venado. Si no estás seguro de cómo identificar esta especie, guarda la garrapata después de extraerla o tómale una foto, para que el pediatra la vea.
  5. Si se ha adherido una garrapata por al menos 36 horas, consulta con el pediatra de tu hijo para saber si necesitará antibióticos profilácticos.

 

Vía: EurekAlert! – American Association for the Advancement of Science / Medline Plus