,

Las grasas son un nutriente que necesita nuestro organismo para funcionar de forma adecuada. Sin embargo, algunos tipos son más saludables que otros. Es por ello que se recomienda consumir preferentemente grasas de origen vegetal sobre las de origen animal, como las grasas saturadas.

Esto se debe a que las grasas saturadas elevan de forma importante el nivel de colesterol ‘malo’, lo cual aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular u otros problemas en la salud integral.

Expertos recomiendan que el consumo de grasas saturadas debe ser menor al 6% de las calorías diarias totales. Los alimentos que contienen este tipo de grasa son aquellos que derivan de animales, como la mantequilla, el queso, la leche entera, el helado, la crema y las carnes rojas.

Conoce más: 10 alimentos que debes evitar si tienes colesterol alto

De ahí la importancia de reducir el consumo de esta clase de lípidos. Para lograrlo, especialistas recomiendan llevar a cabo algunas acciones como las siguientes:

1 Utilizar leche o yogur en lugar de crema en las recetas. Lo ideal es elegir las variedades bajas en grasa o sin grasa cuando se compren estos productos lácteos. Para adoptar este hábito saludable, se recomienda ir reajustando poco a poco las papilas gustativas. Por ejemplo, ir pasando por fases de la leche entera a la leche reducida en grasa y luego a la presentación sin grasa.

2 Elegir cortes de carne magra. Si se puede observar algo de grasa blanca sólida, esta puede cortarse antes de cocinarla. También se puede cocinar la carne de aves con la piel para que se mantenga húmeda, pero esta debe removerse y ser tirada antes de comerla.

3 Cambiar la mantequilla, la grasa de cerdo y la manteca por aceites vegetales, como el de oliva, canola o aceites basados en frutos secos, los cuales son más saludables. Se puede limitar el número de calorías usando solo cantidades pequeñas para dar sabor. Sin embargo, se deben evitar los aceites de coco y de palma, ya que tienen una mayor cantidad de grasa saturada que otros aceites vegetales.

4 Aunque el colesterol en los huevos no es tan peligroso como se pensaba antes, las yemas siguen teniendo grasa saturada y tienen una cantidad relativamente alta de calorías. Por ello, es mejor reemplazar la mitad de las yemas de las recetas con una clara de huevo extra por cada una que se elimine.

5 Comenzar a leer las etiquetas. La grasa saturada puede ocultarse en los alimentos envasados menos pensados.

 

Vía: Health Day News, MedlinePlus