Ejercitarse bajo el agua es una actividad fabulosa si se busca correr un maratón o, simplemente, mejorar la resistencia y fuerza del cuerpo. Si tu objetivo es darle variedad a tu entrenamiento, considera la natación, ejercicio de bajo impacto que moviliza todos los músculos y articulaciones.

Toma en cuenta que realizar ejercicios dentro de una alberca puede ayudarte a perder peso, prevenir lesiones y mejorar tu condición en general. ¿Cómo comenzar? Te lo contamos.

1. Repeticiones y braceo

Si eres nuevo en la natación, invierte tiempo en aprender los fundamentos. Con esto, evitarás caer en malos hábitos. Enfócate en aprender a respirar y flotar, así como en la patada, el pecho y remar en el agua.

2. Natación para recuperación activa

Con la natación mantendrás el esfuerzo, mientras le brindas a tu cuerpo un descanso de la intensidad y el impacto de correr. Hacerlo promueve la recuperación y ayuda en la preparación para la próxima prueba.

Comienza con 10 minutos de ejercicios, dando patada de pecho y sosteniéndote de una orilla de la alberca. Posteriormente, haz 20 a 30 minutos de natación a un ritmo ligero.

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3. Entrenamiento de intervalos

A medida que ganes habilidad y aptitud, agrega intervalos de mayor intensidad. Empieza con 10 minutos de ejercicios fáciles, para después hacer repeticiones de 25 metros rápidos por 25 metros de nado recuperativo (15 repeticiones).

4. Nada con frecuencia y disfrútalo

Nada con un esfuerzo moderado o cómodo pero a larga distancia. Esto te ayudará a aumentar resistencia y capacidad pulmonar. Empieza con 10 minutos de calentamiento. Nada 100 metros y descansa por dos minutos. Sube gradualmente la distancia.

5. Corre bajo el agua

Corre en el fondo de la alberca con un flotador, de forma que simules el ejercicio pero sin impacto. Haz un entrenamiento de ritmo leve durante 10 minutos, sube la velocidad y el esfuerzo por 15 a 20 minutos. Termina con 10 minutos en un esfuerzo bajo.

¡Atrévete a probar!

 

Vía: Runner’s World