Muchos hábitos del día a día aumentan el riesgo de padecer el síndrome de ojo seco, como el tabaquismo, ciertos medicamentos para el resfriado, y el uso excesivo de aparatos electrónicos. Sin embargo, existen factores ambientales que también influyen en la salud ocular, como exponerse al sol y el frío de la temporada invernal.

«La humedad baja en invierno. Con el tiempo más frío, la mayoría de (las) personas encienden la calefacción en casa o en la oficina. Al final, hay menos humedad fuera, e incluso menos humedad dentro, lo que provoca condiciones cálidas y secas en las que la humedad se puede evaporar del ojo con mayor rapidez de lo normal», explicó Marissa Locy, del departamento de oftalmología de la Universidad de Alabama en Birmingham.

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Como consecuencia, existe la probabilidad de experimentar diversos malestares, como ojos secos, arenosos, pegados e irritados. ¿Qué puedes hacer para prevenirlo? Presta atención:

  1. Utiliza un humidificador para ayudar a restaurar la humedad del aire y humectar tus ojos.
  2. Bebe bastantes líquidos para mantener tu cuerpo hidratado.
  3. Protege tus ojos del frío y el viento extremo. Recurre a la protección ocular mediante lentes o sombreros con visera.
  4. Evita que el calor dé directamente en tu cara. Para evitar este problema, inclina la ventilación del coche —o en interiores— hacia la parte inferior del cuerpo.
  5. Asegúrate de usar lentes de contacto limpios, con el fin de reducir la picazón y posibles infecciones.

A decir de la especialista, el ojo seco no puede curarse. Afortunadamente, los síntomas pueden aliviarse usando gotas para los ojos, ungüentos o medicamentos. Si detectas algún malestar ocular, no te automediques. Visita a un especialista de inmediato y sigue el tratamiento adecuado. ¡Cuídate!

 

Vía: Family doctor