Durante la época invernal, debemos enfrentar el incremento en la concentración de polen, así como los contaminantes inorgánicos, factores de riesgo para la salud, de acuerdo María del Carmen Calderón, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmosfera de la UNAM.

Según la especialista, las partículas inorgánicas de los contaminantes se adhieren al polen de los árboles alergénicos, potenciando los daños y las probabilidades de reacciones alérgicas, mismas que impactan a entre el 10 y el 15% de la población mexicana.

“Una de cada seis personas residentes en este país van a presentar, en algún momento de su vida, algún impacto sobre la salud relacionado con alguna enfermedad alérgica”, señaló.

Algunas de las afecciones más comunes son:

  • Rinitis.
  • Asma.
  • Rinoconjuntivitis.

Lamentablemente, aumentan los riesgos a causa de la época, pues las personas presentan alergias al frío y al polvo, así como a algunos componentes orgánicos que estas partículas contienen.

Es importante aprender a diferenciar las enfermedades relacionadas al tracto respiratorio, provenientes de las alergias, de aquellas que tienen un origen infeccioso. Si estas últimas se manifiestan de forma recurrente, puede sospecharse de una alergia.

La mayoría de las alergias no se curan, pero se controlan. En un principio, pueden permanecer asintomáticas —durante muchos años—, pero es importante llevar un tratamiento, así como disminuir la exposición al factor al que se es sensible.

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También se recomienda:

  1. No realizar actividades físicas durante las horas de mayor concentración de polen, entre las 9:00 y las 17:00 horas.
  2. Conducir con las ventanillas cerradas.
  3. Instalar filtros de aire.
  4. Mantener cerradas las ventanas.
  5. Acudir al médico en caso de sospechar de alguna alergia.

 

Vía: Notimex