El primer paso ante cualquier tipo de enfermedad, es la visita a un especialista. Los síntomas no son más que señales de que algo no va bien en nuestro cuerpo. Si bien pueden parecer leves e indicar una afección poco grave, también podrían ser la clave para detectar padecimientos serios.

La tos, un reflejo que mantiene despejada la garganta y las vías respiratorias, puede abarcar diversas enfermedades, desde bronquitis crónica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), hasta asma, alergias y reflujo gastroesofágico.

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La tos puede ser aguda o crónica. Por lo regular, los cuadros agudos de tos se adquieren con un resfrío, una gripe o bronquitis aguda. Una vez recibido el diagnóstico, y luego de seguir las recomendaciones del médico, es posible reducir los malestares con ayuda de ciertos remedios. Presta atención a las siguientes recomendaciones.

1. Vapor. Toma un baño de vapor para incrementar la humedad en el aire. Esto es de gran ayuda para aliviar la garganta seca o irritada. Un vaporizador en la habitación evitará que el sueño se vea afectado o alterado por los ataques de tos.

2. Gotas nasales. Si sientes la nariz un poco seca, utiliza gotas o soluciones salinas para hidratar las fosas nasales y prevenir la irritación.

3. Sopa de pollo. Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Nebraska comprobaron que el hierro y zinc que contiene el caldo de pollo aceleran la recuperación en un cuadro de tos intensa, especialmente si hay mucha flema.

4. Miel. De acuerdo con un estudio publicado en la revista «Pediatrics», consumir miel antes de ir a dormir alivia la tos nocturna. Este efecto es aún más intenso si existe una infección en las vías respiratorias superiores.

5. Té con miel y limón. Se trata de una combinación rica en vitamina C que ayuda a mejorar la tos. También puedes optar por el chocolate caliente. La teobromina, un componente esencial de la cocoa, tiene el poder de aliviar la tos persistente tras una infección viral.

 

Vía: Hola Doctor