Aunque los hospitales y los médicos han realizado numerosos cambios que han logrado reducir los problemas prevenibles a lo largo de los años, como las infecciones adquiridas en hospital, las caídas y los errores relacionados con el uso de medicamentos, todavía queda mucho trabajo por hacer.

Si bien algunos de estos errores están fuera de tu control, existen pasos importantes que puedes tomar para protegerte de algunos fallos comunes, detalla el doctor David Bates, profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos). A continuación, incluimos cinco consejos sencillos que puedes utilizar para que tu atención médica sea más segura.

1. Conoce tus medicamentos

Para evitar problemas potenciales con los medicamentos que estás tomando, asegúrate de saber no solo qué medicamentos está tomando, sino para qué sirven. «Hoy en día es bastante sencillo que tu médico te imprima una lista», señala Bates. Aprovecha también las páginas de Internet para pacientes que ofrecen muchos consultorios médicos. Esto te permitirá localizar todos tus medicamentos, los resultados de las pruebas de laboratorio y las notas de tu médico. Actualiza tu lista de medicamentos con frecuencia y brinda actualizaciones a tu proveedor de atención médica, así como a otras personas involucradas en tu atención.

«Si tienes que dejar de tomar un medicamento debido a un efecto o reacción adversa, es especialmente importante que se lo informes a tu médico», subraya Bates. Además, acude a consulta con ella/él periódicamente para saber si todavía requieres tomar todos los medicamentos de la lista y que ninguno de los que estés tomando tenga interacciones negativas con otro.

2. Aprovecha la tecnología

Si tú y un ser querido están tomando varios medicamentos, es más probable que se cometan errores. Es fácil olvidar una pastilla o tomar la pastilla equivocada en el momento incorrecto.

Hay una serie de aplicaciones útiles relacionadas con los medicamentos que pueden ayudar, indica Bates. No solo puedes usar una aplicación para realizar un seguimiento de un régimen de medicamentos, sino que incluso puedes vincular tu teléfono inteligente a un pastillero electrónico que toma nota cuando retiras una pastilla. «Esto es especialmente bueno si estás cuidando de alguien que tiene problemas para recordar tomar sus medicamentos», apunta Bates.

Otras aplicaciones pueden brindarte advertencias sobre interacciones medicamentosas.

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3. No dudes en hablar

En general, si no te sientes cómoda(o) con tu atención médica, una próxima cirugía u otro procedimiento, es fundamental que hagas preguntas y resuelvas dudas. «No hay inconveniente en ser proactivo o decir ‘Tengo este nuevo síntoma, ¿cree que podría deberse a uno de mis medicamentos?'», menciona Bates.

También notifica a tu médico si algo parece estar mal. Por ejemplo, las personas que tienen apellidos comunes deben asegurarse de recibir el tratamiento adecuado para ellas. Y si el tratamiento no suena del todo correcto, deben comprobar que todo esté bien. «Ha habido casos en los que se le pidió a alguien que tomara 20 pastillas de antibióticos a la vez. Si alguien te pide que hagas algo que parece extraño, es probable que se haya cometido un error», advierte Bates.

4. Consigue apoyo

Si necesitas visitar la sala de emergencias, cuando sea posible, ve con alguien que pueda hacer preguntas por ti, especialmente si no puedes valerte por ti mismo(a). En el entorno apresurado de la sala de emergencias, a veces se pasa por alto a las personas o los problemas potenciales.

«Puede haber diferencias en la seriedad con la que el personal se toma una queja específica», comenta Bates. «Las salas de emergencia están muy saturadas en este momento. No quieres que te hagan esperar cuando tienes una queja que realmente debería recibir atención inmediata».

5. Esquiva las situaciones de alto riesgo

Muchos tratamientos que solían realizarse en un entorno hospitalario, como los tratamientos contra el cáncer, ahora se realizan en el hogar, lo que aumenta el riesgo de errores más graves, afirma Bates. Estas situaciones pueden implicar tomar medicamentos potentes, por lo que es fundamental asegurarse de que estás usando el medicamento correcto y que lo estás tomando correctamente. Si te encuentras en esta situación, haz preguntas y asegúrate de haber comprendido las instrucciones. No dudes en ponerte en contacto con el consultorio de tu médico para confirmar lo que debes hacer.

 

Vía: Harvard Medical School