La tecnología ha llevado a los niños a desconectarse del mundo, acotando la comunicación a mensajes de texto, reduciendo las actividades recreativas a los videojuegos y aumentando los casos de sedentarismo y obesidad infantil. El yoga ofrece una forma de liberarse de ese ritmo acelerado, el cual daña la calidad de vida de chicos y grandes.

Si bien la mayoría de los deportes y actividades físicas activan la mente y el cuerpo, la práctica del yoga tiene como objetivo unir a ambos. La Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) recomienda el yoga como una terapia segura y potencialmente eficaz para los niños que afrontan problemas de salud emocional, mental, física y conductual. Entre sus beneficios destacan los siguientes.

  1. Alivia la tensión y aumenta la fuerza.
  2. Estimula el sistema digestivo y alivia el estreñimiento.
  3. Regula los niveles de azúcar y de insulina en la sangre.
  4. Disminuye el dolor abdominal en los niños con síndrome del intestino irritable (SII).
  5. Mejora el equilibrio.

Conoce más: Yoga y pilates ¿cuáles son sus diferencias y similitudes?

Un estudio publicado en The American Journal of Occupational Therapy descubrió que practicar yoga a diario ayuda a los niños con autismo a permanecer tranquilos, al tiempo que disminuye sus niveles de agresión, aislamiento social y ansiedad.

Otras investigaciones han observado efectos positivos en la salud mental de los pequeños. Se ha demostrado repetidas veces que el yoga mejora:

  • La confianza en uno mismo.
  • El humor.
  • El manejo del estrés.
  • La ansiedad.
  • La concentración.
  • La hiperactividad.
  • Las conductas en el salón de clases.
  • El equilibrio emocional.

 

Vía: Healthy Children