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El azúcar suele añadirse a tantos alimentos que una persona podría sobrepasar el nivel diario recomendado sin problema alguno antes de que termine el día.

Ante ello, la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos sugiere reducir los azúcares añadidos mediante estos tips:

  1. Aprende los muchos nombres de etiquetas que indican azúcar añadido, como son jarabe de maíz, dextrosa, edulcorante de maíz o cristales de caña.
  2. Pon atención a las posibles fuentes «ocultas» de azúcar añadida, como granola, cereales integrales, harina de avena, frutos secos, frutas enlatadas y salsa de tomate.
  3. Trata de consumir sólo leche o agua como bebida durante el día.
  4. Opta por yogur natural en lugar de yogur de sabor, pues podría contener azúcares añadidos.

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Recuerda, el azúcar natural se encuentra en los alimentos enteros no procesados, tales como la leche, fruta, verduras y algunos granos. Entre los azúcares más naturales se encuentran la fructosa (hallada principalmente en las frutas) y la lactosa (componente de los productos lácteos).

En contraste, el azúcar añadida es aquella que se le añade a los alimentos y bebidas procesados mientras se están fabricando, al igual que el azúcar que le agregas a tus alimentos en casa. Los fabricantes de productos alimenticios pueden añadir tanto azúcares naturales (fructosa) como azúcares procesados (miel de maíz rica en fructosa) a los alimentos y bebidas procesados.

Cabe destacar que los azúcares añadidos contribuyen negativamente al peso de una persona con “calorías vacías”, es decir, proporcionan muchas calorías y ningún valor nutritivo.

 

Vía: Health Library / Family Doctor