Los ácidos grasos omega-3, como los que se encuentran en los pescados grasos, son una parte esencial de una dieta saludable durante el embarazo.

Por ello, te recomendamos optar por estas fuentes más seguras, cortesía de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos:

  1. Elige peces con bajo contenido de mercurio, como el salmón, el bagre, el bacalao y las sardinas.
  2. Evita los peces con alto contenido de mercurio, como el pez espada y el tiburón.
  3. Come alimentos fortificados con DHA (ácido docosahexaenoico —ácido graso esencial poliinsaturado de la serie omega-3—), o si tu médico lo aprueba, toma un suplemento de DHA.
  4. Come huevos de gallinas alimentadas con microalgas ricas en DHA.

La función del omega-3 en el embarazo es importantísima, ya que ayuda a la correcta formación y desarrollo del cerebro del bebé. Esto significa que el omega-3 ayuda a la formación del tejido de este importante órgano. Cuando dichos ácidos grasos esenciales son ingeridos por la mamá embarazada a través de su alimentación o mediante suplementos, atraviesan la barrera placentaria para llegar al feto y depositarse en su tejido cerebral y ocular.

Durante el embarazo, se recomienda una ingesta de ácido alfa-linolénico (omega-3) de entre 1 y 0.5%.

Recuerda que este ácido graso esencial es un tipo de grasa que el cuerpo humano no puede fabricar, por lo tanto, la debemos ingerir cada día a través de la alimentación.

 

Vía: Health Day News / Guía Infantil