Sabemos que no hay forma de evitarlo: Seguramente tropezarás (¡eres humana(o)!) en el camino hacia lograr tus metas de salud y bienestar. Pero regañarte por abandonar el gimnasio o comer ese trozo extra de pastel que no debías sólo te hará retroceder más.

«Está bien tener un desliz de vez en cuando», afirma el doctor Alexander T. Latinjak, psicólogo del deporte. Únicamente recuérdate a ti misma(o): «Cuando resbale, me levanto nuevamente y vuelvo a la pista».

Prueba estas cuatro frases o «mantras» para esquivar la autoflagelación y seguir adelante.

1. Si te terminaste todo el paquete de galletas:

Debes decirte a ti misma(o): «Acepto que no soy perfecta(o), pero elijo centrarme en la alimentación saludable».

No lo conviertas en algo grande, señala el doctor Jeffrey Rossman, director de gestión de vida en Canyon Ranch en Lenox, Massachusetts. Úsalo como una oportunidad para volver a comprometerte.

2. Te saltaste uno o más entrenamientos de la mañana por quedarte dormida(o):

Pregúntate: «¿Qué puedo hacer para no omitirlo(s) la próxima vez?»

La clave es no desanimarse y renunciar por completo a tus entrenamientos matutinos, afirma Judy Van Raalte, profesora de psicología en el Springfield College. Tal vez mañana pongas una alarma extra, o esta noche vayas a la cama un poco antes.

Ten en cuenta que hay muchas probabilidades de que, lo que realmente necesitabas (y necesitas), es dormir, indica Rossman. Y un entrenamiento perdido no significa que has fallado. Encuentra otro momento del día para adaptarte a tu ejercicio, o retoma tu rutina diaria al día siguiente, agrega.

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3. Te pasaste con el alcohol:

Recuerda decirte esto: «No es lo que eres, es en lo que quieres convertirte».

Si no estás contento contigo misma(o) o con tu comportamiento respecto al consumo de alcohol, significa que estás haciendo grandes progresos, asegura Latinjak.

Rossman ofrece un mantra similar para destacar el hecho de que no puedes regresar a los viejos hábitos de la noche a la mañana: «Soy un trabajo en progreso. ¿Qué puedo aprender de esto?» Él recomienda usar los «resbalones» con el alcohol como un momento para reflexionar. Piensa qué factores contribuyeron a tu deseo de beber en exceso, menciona. Por ejemplo, si saliste con un amigo que es un bebedor empedernido, mejor reúnanse para cenar o dar un paseo en su próximo encuentro, en lugar de tomarse unas bien frías. O si bebiste demasiado vino viendo uno de tus programas favoritos, recuérdate a ti misma(o) que ya no debes de beber sola(o).

4. No estás viendo resultados con tu nueva rutina de ejercicios:

Piensa: «No estoy haciendo ejercicio porque voy a perder peso. Estoy haciendo ejercicio porque [inserta otros beneficios, tanto físicos como mentales]».

Un solo entrenamiento, o incluso un par, probablemente no resulten en mucho más que perder peso únicamente de agua. Así que deja de intentar motivarte con la promesa de que habrá cambios inmediatos en la báscula, subraya Latinjak. En cambio, enumera los beneficios del ejercicio más allá de la pérdida de peso. Entonces, si corres, podrías decir: «Hoy corro porque me hace sentir veloz, porque me gusta pasar tiempo en el parque, porque puedo hacerlo junto con mis amigos».

 

Vía: Health.com