Para no caer en la tentación de los antojos, debes seguir una dieta. Esta comienza con tener un plan que trace un mapa de las comidas y los bocadillos, el cual debe basarse ​​en alimentos específicos que te ayuden a sentirte satisfecha por más tiempo. Después de todo, si te sientes llena, tendrás menos probabilidades de abrir tus gabinetes de cocina en busca de golosinas.

Pero a veces los antojos pueden sacar lo mejor de ti. Puede que te sientas tentada por el olor de una panadería mientras caminas hacia el trabajo, quieres algo dulce para animarte cuando estás triste o deprimida, o simplemente buscas comida por el simple placer de hacerlo. La respuesta es crear una estrategia para lidiar con el deseo tan pronto como sientas que se avecina.

Elige un momento en el que no tengas hambre (tal vez justo después de una comida) para planificar cómo afrontarás el deseo. Escribe las acciones que puedes tomar y que se ajusten a tu estilo de vida. De esta forma, disfrutarás el curso de acción alternativo en lugar de sentir que te estás castigando a ti misma. Tu «mejor» plan de acción podría incluir hacer un crucigrama, involucrarte en un proyecto personal o escuchar música para bailar.

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¿Y si sientes un antojo en este mismo instante? Aquí te mencionamos cuatro cosas que puedes hacer ahora mismo:

  1. Llamar a un amigo. A veces, llamar a refuerzos puede mantenerlo en el camino o simplemente desviar su atención de los alimentos. Trate de encontrar temas de conversación no relacionados con los alimentos, y converse hasta que pase el deseo.
  2. Bebe un vaso alto o grande de agua. Tener sed puede hacer que te sientas con hambre. El Consejo Americano sobre el Ejercicio sugiere beber 30 ml de agua por cada kilogramo de peso corporal en el transcurso de cada día.
  3. Toma un descanso enfocado en la respiración. Use los siguientes tres minutos para centrarse: esto es especialmente útil si el estrés es el desencadenante del deseo. Cierra los ojos e imagina un artículo o actividad que no sea comida que te haga feliz.
  4. Considera una siesta para recargar pila. A veces lo que se tiene es sueño en lugar de hambre, y eso puede ser una factor para comer por impulso. Lo más probable es que te despiertes sintiéndote renovada en lugar de con mucho apetito. Después de la siesta, procura hacer ejercicio en lugar de ir por un bocadillo.

 

Vía: Health Day News