fiebre-niñoLos padres pueden alterarse bastante si alguno de sus niños padece fiebre, pero por lo general no es algo de lo que deban preocuparse.

Por ello, la Clínica Cleveland nos menciona 5 valiosos datos que indican que no hay de qué preocuparse cuando los peques tengan temperatura elevada:

  1. Una temperatura se considera normal, incluso si varía, hasta 100.4 grados Fahrenheit (38 grados Celsius). Por encima de esta temperatura se considera fiebre.
  2. Cuando la fiebre dura menos de cinco días y tu hijo se está comportando con bastante normalidad. Esto significa que tu niño quizás se vea cansado pero juega, come y bebe como de costumbre.
  3. Una fiebre de hasta 103 grados Fahrenheit (39.4 grados Celsius) en un niño de más de 3 años de edad, o una fiebre de 102.5 grados Fahrenheit (39.2 grados Celsius) en los bebés de 3 meses de edad y hasta los 3 años.
  4. Fiebre de bajo grado que ocurre dentro de las siguientes 48 horas después de una vacuna.

Conoce más: 10 consejos para reducir la fiebre en tus hijos

El hipotálamo como regulador febril

Como papá o mamá, es imperativo que recuerdes al hipotálamo, pues es quien regula la temperatura corporal (y por tanto la fiebre) en el organismo de tu hijo. Para ello envía mensajes al resto de su cuerpo, con el fin de que se ponga y mantenga a esa temperatura.

La temperatura corporal en la mayoría de los humanos está alrededor de los 37 grados Celsius (98.6 grados Fahrenheit). Algunas personas tendrán una temperatura normal un poco más alta; otras la tendrán un poco más baja.

Dicha temperatura también oscila levemente durante el día, siendo más baja por la mañana y un poco más alta durante la noche. En la mayoría de los niños la temperatura corporal se mantiene constante de un día a otro, hasta que los gérmenes entran en acción.

Los gérmenes y su papel en la fiebre

Cuando los gérmenes nos hacen enfermar, liberan determinadas sustancias químicas en el torrente sanguíneo. Una vez que el hipotálamo detecta tales sustancias, automáticamente gradúa el termostato corporal, pues en lugar de indicar al resto del cuerpo que debería estar a 37 grados Celsius (98.6 grados Fahrenheit), le indica que debería estar a 38.9 grados Celsius (102 grados Fahrenheit).

Los expertos señalan que el hecho de aumentar la temperatura corporal es una forma de luchar contra los gérmenes, ya que transforma al cuerpo en un lugar menos cómodo para que se establezcan y reproduzcan. La fiebre también es un buen indicador, tanto para los niños, los padres o los médicos, de que hay enfermedad. Sin fiebre, sería mucho más difícil saber que una persona tiene una infección y lo grave que esta es.

 

Vía: Healthday News / Kids Health