El cuerpo genera energía interna, misma que se elimina a través de la sudoración e irradiación de calor por la piel. Sin embargo, en determinadas circunstancias —como en temperaturas muy altas— el sistema natural de refrigeración puede fallar, permitiendo que el calor interno aumente hasta niveles peligrosos.

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Ante ello, el cuerpo puede presentar un trastorno por calor. A continuación te hablamos sobre tres tipos y cómo evitar que causen estragos en el organismo.

  1. Calambres por calor

Son calambres musculares fuertes, pero de breve duración. Estos afectan a los músculos de las piernas, los brazos o el abdomen, y pueden ocurrir durante o después de practicar un ejercicio vigoroso en condiciones de calor extremo.

Los niños son vulnerables a los calambres por calor, principalmente cuando no se han hidratado correctamente.

¿Qué hacer?

La mayoría de los calambres por calor no requieren ningún tratamiento especial. Un lugar fresco, reposo e hidratarse —así como los masajes—, pueden ayudar a aliviar las molestias.

  1. Insolación

Puede ocurrir cuando una persona se encuentra en un clima o ambiente muy cálido, y no ha bebido suficiente líquido. Los síntomas incluyen: deshidratación, fatiga, debilidad, piel fría y húmeda, dolor de cabeza, náuseas y/o vómitos, hiperventilación e irritabilidad.

¿Qué hacer?

Lleva a tu hijo a un lugar con sombra y aflójale la ropa. Procura que beba agua y dale un baño de agua fresca —no fría—. Consulta a un pediatra para recibir más instrucciones. Considera que si no se trata, la insolación puede desembocar en un golpe de calor.

  1. Golpe de calor

Es el tipo más grave de trastorno por calor, una urgencia médica que puede poner en peligro la vida del menor. Cuando ocurre, el cuerpo pierde su capacidad para regular la temperatura, misma que puede subir a 40º C o más.

Lamentablemente, este trastorno es capaz de provocar lesiones en el cerebro, incluso la muerte si no se trata rápidamente.

¿Qué hacer?

Solicita atención médica si tu hijo ha estado haciendo ejercicio al sol durante mucho tiempo y presenta uno o varios de los siguientes síntomas:

  • Piel enrojecida, caliente y seca.
  • Fiebre de 40º C —o superior—.
  • Dolor de cabeza fuerte.
  • Debilidad, mareos o confusión.
  • Fatiga.
  • Convulsiones.
  • Pérdida de conciencia.

 

Vía: Kids Health