Al ir de compras a una tienda de conveniencia o un supermercado es común que se termine comprando comida poco saludable -como dulces, frituras o postres- que no se tenía contemplada, en especial si se va en compañía de niños, encontró un reciente estudio.

Este comportamiento no solo termina por elevar el precio que se termina pagando en la caja, sino también puede aumentar algunos centímetros en nuestra cintura, señaló Samantha Heller, nutricionista clínica en el Centro Médico de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos.

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“Ver los coloridos caramelos y otros alimentos poco saludables al nivel de la vista, colocados intencionalmente en los pasillos de las cajas, donde pasamos bastante tiempo, podría hacer que tanto adultos como niños agarren un producto de forma impulsiva”, expuso la especialista.

Consejos

La buena noticia, resaltó Heller, es que los propios compradores son quienes tienen en sus manos la oportunidad de elegir qué tipo de alimentos meten en su carro de compras.

“Debemos adoptar el mantra de que ‘en nuestros carritos no entra comida basura, dulces, comida rápida ni comida altamente procesada’”, aconsejó la experta.

Para lograrlo, recomendó seguir algunos consejos como:

1. Consumir, en general, menos alimentos poco saludables.- Mientras menor sea la cantidad y frecuencia con la que se consumen alimentos altamente procesados, menor será la intensidad con la que se puedan llegar a desear al ir de compras.

2. Evitar saltarse comidas.- Saltarse comidas provoca que la sensación de hambre aumente, lo que eleva las probabilidades de elegir alimentos menos saludables cuando se va de compras.

3. Llevar una dieta equilibrada y abandonar los dulces, las ‘papitas’ y otros alimentos altamente procesados, indicó.

Estas son algunas “estrategias útiles para ayudarnos a ignorar el atractivo de los alimentos altamente procesados y menos saludables”, aseguró la especialista.

 

Vía: Health Day News