Es común que a cierta edad las madres incorporen “tés” a la alimentación de los bebés. Sin embargo, debes tomar en cuenta la diferencia entre los tés y las tisanas. El té es una planta proveniente de china, y sólo la infusión de estas hojas se conoce de tal forma —té blanco, verde, negro, etc—. A los extractos de otras plantas se les conoce como tisanas. Los bebés pueden ingerir estas últimas.
Según la tradición mexicana, algunas dosis ligeras ayudan a tratar diferentes afecciones, sin sustituir la leche materna. Esta toma debe ser adicional y en pequeñas cantidades. Te damos algunas opciones.
1. Manzanilla. Tiene efectos relajantes, digestivos y antiinflamatorios.
- Dulce – Calmante, antiespasmódica, tónica y digestiva. Puede ayudar a los bebés a dormir, así como a aliviar cólicos.
- Romana – Antiespasmódica. Debido a que es buena para digestiones lentas e insuficiencia biliar, no es recomendable para un niño.
2. Rooibos. Es antiespasmódica y previene alergias. Además, es una planta rica en vitamina C y otros antioxidantes. De acuerdo con estudios científicos, estimula la producción de leche en mujeres lactantes y puede utilizarse tópicamente para aliviar rozaduras, piquetes o irritaciones en la piel.
Para bebés de menos de 1 año, el rooibos puro es el más recomendable. En tanto que los niños mayores pueden ingerir alguna mezcla con sabor.
3. Tisanas frutales. Éstas incluyen frutas secas o deshidratadas, así como flores y especias —jamaica, betabel, zanahoria o cártamo—. Este tipo de tisanas son buenas para niños mayores de dos años.
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Presta atención a los ingredientes de cada mezcla, principalmente si tu hijo es alérgico a algún alimento. Recuerda que hasta los seis meses, los menores sólo deben consumir leche materna, a no ser que el médico indique lo contrario. Consulta con un pediatra si es correcto incluir estas bebidas a su régimen alimenticio.
Vía: Bb Mundo