,

Las proteínas son uno de los nutrientes necesarios para llevar una dieta equilibrada que nos ayude a mantener una óptima salud integral.

Sin embargo, durante los últimos tiempos el consumo de proteína se ha visto en aumento, debido en gran parte a la cantidad de suplementos alimentarios que ‘recomiendan’ beber batidos de proteínas después de un entrenamiento, para ayudar al crecimiento y la reparación del tejido muscular.

Si bien las proteínas son necesarias, consumirlas en exceso -principalmente provenientes de estos suplementos- no es lo más aconsejable por especialistas en salud.

La cantidad recomendada

Los expertos aconsejan que los adultos activos deben consumir cada día aproximadamente 0.75 gramos de proteína por cada kilo de peso corporal.

Esto significa que, en promedio, los hombres deberían consumir 55 gramos y las mujeres 45 gramos, lo equivalente a aproximadamente dos porciones del tamaño de la palma de la mano de carne, pescado, tofu, nueces o legumbres.

Conoce más: 6 importantes consejos de nutrición para los hombres jóvenes

Las únicas personas que quizá tendrían permitido consumir una cantidad más elevada de proteínas son quienes realizan una actividad física intensa de forma frecuente, es decir, los atletas de alto rendimiento.

Aún así, esto no significa que los atletas y las personas que van al gimnasio deban consumir suplementos y batidos con proteína extra. Estos productos “son una forma conveniente de obtener proteínas, pero no hay nada en ellos que no se pueda encontrar en los alimentos”, destacó Kevin Tipton, profesor de deportes de la Universidad de Stirling, en Escocia, Reino Unido.

Riesgos

Consumir en exceso proteína se ha asociado con algunos riesgos a la salud integral, entre los que destacan:

1. Aumenta el riesgo de sufrir trastornos cardiovasculares, debido a que la mayoría de las proteínas, especialmente las de origen animal, van acompañadas de grasas saturadas que aumentan los niveles de colesterol.

2. Eleva el riesgo de desarrollar obesidad, debido a que pueden afectar el funcionamiento orgánico en lo que a asimilación de las grasas se refiere.

3. Puede afectar al hígado y a los riñones, al producir una sobrecarga en el organismo. Hay que recordar que estas partes del cuerpo son las encargadas de eliminar las sustancias de desecho que generan las proteínas, como el amoniaco y el ácido úrico.

 

Vía: BBC, Vitónica