La enfermedad de Alzheimer afecta muchos aspectos de la vida, incluyendo el dormir adecuadamente.
Por ello, la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos nos menciona 3 maneras en las que el padecimiento puede afectar el sueño:
- Despertar a mitad de la noche.
- Dificultad para dormir en general. El insomnio puede ser un signo temprano de la enfermedad de Alzheimer, incluso antes de la pérdida de memoria.
- Confusión durante la noche por la falta de sueño.
Se estima que entre un 25 y 44% de los pacientes con enfermedad de Alzheimer presentan alguna clase de trastorno del sueño. En concreto, sus síntomas son similares a los de la población geriátrica, aunque pueden presentarse con mayor frecuencia y mayor severidad. Asimismo, los trastornos del sueño intensifican la carga de los cuidadores. Sus quejas más frecuentes son que los pacientes duermen más de lo habitual (40%), se despiertan muy temprano (31%) y permanecen despiertos durante la noche (24%). Cabe destacar que los cuidadores deben mantener un horario de sueño consistente. Si eso no mejora el sueño, se debe consultar a un médico.
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Sumado a lo anterior, estudios recientes sugieren que la interrupción del ciclo vigilia (tiempo en que se permanece despierto) y sueño, más la alteración del ritmo circadiano —que ocasiona que el paciente no pueda dormir cuando lo desea, sufra insomnio nocturno y somnolencia diurna— que se creía que se desarrollaba en etapas avanzadas del Alzheimer, en realidad, pueden ocurrir antes de que inicie la enfermedad. En síntesis, los cambios que se producen a medida que la enfermedad progresa, se deben a una disminución de las fases 3 y 4 del sueño (estadios en donde el sueño es más profundo) y a la pérdida de sueño REM (segundo tipo de sueño, que se caracteriza por movimientos oculares rápidos y en el que se producen los sueños; un trastorno en esta fase puede aumentar la ansiedad, la irritabilidad y dificultar la concentración).
Vía: Health Day News / Fundación Sanitas – Cuidar Bien