Una prueba de esfuerzo mide la respuesta del corazón cuando se encuentra bajo estrés al momento de hacer ejercicio. La prueba puede ayudar a identificar problemas cardíacos graves, como la enfermedad de las arterias coronarias.
Por ello, el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y la Sangre de Estados Unidos nos menciona 3 importantes cosas que una prueba de esfuerzo puede ayudar a identificar:
- Cambios irregulares que afectan la presión arterial o la frecuencia cardíaca.
- Dolor en el pecho o dificultad para respirar, especialmente si ocurren cuando no estás haciendo ejercicio vigoroso.
- Irregularidades en la actividad eléctrica o en el ritmo de tu corazón.
Recuerda que este examen se hace en un centro médico o en el consultorio de un proveedor de atención médica.
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El técnico colocará diez parches planos y adhesivos (denominados electrodos) en tu pecho. Estos parches se conectan a un monitor de electrocardiograma (ECG) que da seguimiento a la actividad eléctrica del corazón durante la prueba.
Deberás caminar en una banda caminadora o pedalear sobre una bicicleta estática. Poco a poco (aproximadamente cada 3 minutos) te pedirán que camines (o pedalees) más rápido y con un ángulo inclinado o con mayor resistencia. Es como caminar rápido o trotar cuesta arriba.
Mientras haces ejercicio, se mide la actividad del corazón con un electrocardiograma (ECG). También se toman lecturas de la presión arterial.
Se te monitoreará de 10 a 15 minutos después del ejercicio o hasta que tu frecuencia cardíaca regrese a sus niveles iniciales. El tiempo total del examen es de aproximadamente 60 minutos.
El día de la prueba, debes utilizar zapatos cómodos y ropa holgada para facilitar el ejercicio. No debes comer, fumar ni tomar bebidas que contengan cafeína o alcohol durante 3 horas (o más) antes del examen. En la mayoría de los casos, se te pedirá que evites consumir cafeína las 24 horas previas a la prueba.
Vía: HealthDay News / Medline Plus
