Es común -y lamentable- que la mayoría de las personas no le demos a los huesos la atención que se merecen. Es hasta que uno de ellos se rompe o se deteriora cuando se convierten en algo relevante.

Afortunadamente, tener huesos fuertes en la infancia sienta las bases para gozar de una buena salud ósea durante el resto de la vida. Motivo por el que el cuidado de los padres es fundamental para ayudar a que sus hijos prevengan problemas de este tipo en el futuro.

De acuerdo con expertos, las personas formamos casi toda nuestra densidad ósea durante la infancia y la adolescencia. Este proceso de construcción finaliza en mayor medida al llegar a los 20 años de edad. Y aunque en la etapa adulta seguimos sustituyendo huesos, el ritmo es más lento.

No obstante, los niños con huesos fuertes tienen más probabilidades de evitar la debilidad ósea en etapas posteriores de su vida. Para ayudarlos a conseguirlo, los padres de familia deben concentrar sus esfuerzos en tres puntos clave:

1 Alimentos ricos en calcio

Se trata de un popular mineral conocido por ayudar a tener huesos sanos. Se encuentra primordialmente en los lácteos, las alubias, ciertos frutos secos y semillas, así como en la verdura de hoja verde.

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En el caso de los lácteos, un médico o dietista puede indicar qué cantidad de este tipo de alimentos es la ideal según la edad del niño. Los más pequeños pueden necesitar 2 o 3 vasos de leche semidescremada al día, mientras que los niños mayores pueden necesitar 4 vasos.

2 Suplementos de vitamina D

Esta vitamina ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Sin embargo, la mayoría de los niños no comen demasiados alimentos que contengan vitamina D. Por ello, los expertos en salud recomiendan que todos los niños tomen suplementos de esta vitamina -siempre y cuando no ingieran una cantidad suficiente de este mineral-.

Lo ideal es preguntar a un médico cuál es la cantidad de vitamina D que necesita un niño y cuál es la mejor forma de tomarla.

3 Ejercicio físico

Así como los músculos se vuelven más fuertes cuanto más se utilizan, ocurre lo mismo con los huesos.

Las actividades físicas que implican cargar el propio peso, como caminar, correr, saltar y trepar son muy buenas para tener huesos fuertes. Esto se debe a que usan la fuerza muscular y la gravedad para ejercer presión sobre los músculos, y esta presión hace que el cuerpo fortalezca los huesos.

 

Vía: Kid’s Health