La ira es una emoción normal y saludable. Sin embargo, cuando se vuelve destructiva o incontrolable, puede llevar a una calidad de vida más baja tanto para ti como para quienes te rodean, así lo indica la Asociación Americana de Psicología.

Por ello, comienza por considerar estos consejos para el manejo de la ira:

1. Piensa antes de hablar

En el calor del momento, es fácil decir algo que luego lamentarás. Tómate unos minutos para recopilar tus pensamientos antes de decir algo, y permite que otros involucrados en la situación hagan lo mismo.

2. Una vez que estés tranquilo, expresa tu enojo

Tan pronto como estés pensando claramente, expresa tu frustración de una manera asertiva pero no provocativa. Indica tus inquietudes y necesidades de manera clara y directa, sin lastimar a otros ni tratar de controlarlos.

3. Haz algo de ejercicio

La actividad física puede ayudar a reducir el estrés que puede hacer que te enojes. Si sientes que tu ira aumenta, sal a caminar o corre a paso ligero, o dedica algo de tiempo a otras actividades físicas agradables.

4. Toma un tiempo de espera

Los tiempos muertos no son solo para los niños. Tómate descansos cortos durante las horas del día que tienden a ser estresantes. Unos pocos momentos de tranquilidad pueden ayudar a sentirte mejor preparado para manejar lo que está por venir sin molestarte o enojarte.

5. Identifica posibles soluciones

En lugar de enfocarte en lo que te volvió loco(a), trabaja en resolver el problema en cuestión. ¿La habitación desordenada de tu hijo te vuelve loco? Cierra la puerta. ¿Tu pareja llega tarde a cenar todas las noches? Programa las comidas más tarde en la noche, o acepta comer solo(a) algunas veces a la semana. Recuerda que la ira no solucionará nada y puede empeorarlo todo.

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6. No critiques o culpes, solo di respetuosamente lo que te molesta

Para evitar criticar o culpar, lo que podría aumentar la tensión, use las declaraciones en primera persona para describir el problema. Sé respetuoso(a) y específico(a). Por ejemplo, es mejor decir: «Me molesta que hayas dejado la mesa y no te ofrecieras para ayudar con los platos» en lugar de «nunca quieres ayudar con las tareas del hogar».

7. No guardes rencor

El perdón es una herramienta poderosa. Si permites que la ira y otros sentimientos negativos apaguen los sentimientos positivos, es posible que te veas tragado por tu propia amargura o sensación de injusticia. Pero si puedes perdonar a alguien que te enojó, podrías aprender de la situación y fortalecer tu relación.

8. Usa el humor para liberar la tensión

Aligerar puede ayudar a difundir la tensión. Usa el humor para ayudarte a enfrentar lo que te hace enojar y, posiblemente, cualquier expectativa irreal que tengas sobre cómo deberían ir las cosas. Sin embargo, evita el sarcasmo, ya que puede herir los sentimientos y empeorar las cosas.

9. Practica habilidades de relajación

Cuando tu temperamento aflore, pon en práctica habilidades de relajación. Practica ejercicios de respiración profunda, imagina una escena relajante o repite una palabra o frase tranquilizadora, como «tómalo con calma». También puedes escuchar música, escribir en un diario o hacer algunas posturas de yoga, lo que sea necesario para fomentar la relajación.

10. Aprende a saber cuándo buscar ayuda

Aprender a controlar la ira es un desafío para todos, a veces. Busca ayuda si tus problemas de ira parecen estar fuera de control, así evitarás hacer cosas de las que te arrepientas o lastimar a quienes te rodean.

RECUERDA: Si no estás seguro(a) de la gravedad de tu ira, existen pruebas psicológicas que pueden medir si estás «demasiado enojado(a)».

El manejo de la ira puede ayudar a reducir la respuesta emocional a las cosas o personas que te enfurecen. Los psicólogos y otros profesionales de la salud mental pueden ayudarte a desarrollar técnicas para cambiar tu forma de pensar y tu comportamiento.

 

Vía: Health Day News / Clínica Mayo