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Una buena parte de los pacientes con Alzheimer suelen padecer alteraciones en el apetito. Esto se debe a que no tienen ganas de comer ningún alimento o, caso contrario, tienden a comer compulsivamente.

Ambos síntomas afectan negativamente la salud integral y al estado nutricional del paciente, repercutiendo directamente en su calidad de vida y, al mismo tiempo, a la de quienes le rodean, aseguran expertos.

La enfermedad del Alzheimer suele llevar asociada una pérdida de peso importante debido a que los trastornos de conducta que sufren dificultan la ingesta de comida”, expuso David Pérez, jefe del servicio de Neurología del Hospital Infanta Cristina de Parla, en Madrid, España.

De acuerdo con el especialista, la pérdida de peso significativa es un fenómeno común en las personas mayores que padecen esta afección de la salud mental. La pérdida de peso puede ir desde los 300 gramos al año, hasta entre el 5 y 10% del peso en seis meses, indicó.

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En este contexto, el papel que juegan los familiares o cuidadores es fundamental a la hora de evitar que el paciente padezca desnutrición y deshidratación como consecuencia de su enfermedad, subrayó Julia Álvarez, responsable de la sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, en Madrid, España.

Los expertos aconsejan que los pacientes se laven las manos y la boca antes de comer, ya que esto ayuda a saborear mejor los alimentos.

“Estas pequeñas cosas son las que hay que cuidar para intentar estimular la hora de la comida. Además, es también primordial que coman acompañados para estimular la comunicación”, agregó Julia Álvarez.

Otros consejos que recomendaros los especialistas son:

1 Dar alimentos de baja densidad energética, como ensaladas y hortalizas.

2 Ofrecer alimentos preparados con poca grasa (a la plancha, al vapor o al horno).

3 Sustituir el azúcar por edulcorantes no energéticos.

4 La cantidad de alimentos diarios debe ser fraccionada en pequeñas tomas.

5 Manejar los trastornos del comportamiento.

6 Dar alimentos de fácil consumo y con cubiertos adaptados.

7 Mantener hábitos rutinarios en el acto de la comida.

8 Tener en cuenta los gustos del paciente.

9 La alimentación debe tener lugar en un ambiente relajado.

10 Dar alimentos blandos y ricos en fibra.

 

Vía: Infosalus