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ejercicioEs bien sabido que el ejercicio disminuye las probabilidades de desarrollar cáncer. Algunos estudios demuestran, en mujeres activas, una reducción de hasta 25% en el riesgo de sufrir cáncer de mama.

Este papel protector del ejercicio se observa en muchos otros tipos de cáncer, incluyendo pulmón, endometrio, colon y próstata. Pero, ¿sabías que las actividades físicas son muy útiles durante y después del tratamiento?

Te contamos algunos beneficios de practicar ejercicio moderado durante este difícil proceso.

1. Aumenta la fuerza y la resistencia.
2. Fortalece el sistema cardiovascular.
3. Reduce la depresión.
4. Disminuye la ansiedad.
5. Reduce la fatiga.
6. Mejora el estado anímico.
7. Eleva la autoestima.
8. Disminuye el dolor.
9. Mejora el sueño.
10. Reduce el riesgo de reincidencia.

«Muchos estudios muestran que la actividad física regular está relacionada con una mayor esperanza de vida después de un diagnóstico de cáncer y, en muchos casos, una disminución en el riesgo de reincidencia», según Kaye Holt, especialista de Mayo Clinic Health System.

De acuerdo a Holt, al menos 20 estudios de personas con cáncer de mama, colorrectal, de próstata y cáncer de ovario, han sugerido un menor riesgo de recurrencia al cáncer y una notable mejoría.

Aunque no todas las personas están listas para movilizar su cuerpo, volver a realizar una actividad agradable podría aumentar su capacidad para seguir con un programa de ejercicios.

Puedes pasear a tu perro en el parque o salir en bicicleta. Toma las siguientes recomendaciones y ¡anímate!

1. Sé cuidadoso para prevenir lesiones.
2. Si tienes anemia, un sistema inmunológico débil o estás bajo tratamiento de radiación, te recomendamos consultar con un médico tus opciones.

 

Vía: Mayo Clinic