Muchos padres desconfían de las inyecciones y las vacunas, incluso hay quienes piensan que no ayudan en la prevención de enfermedades. El hecho es que existe evidencia científica que respalda su uso, especialmente en los más pequeños.

El sangrado por deficiencia de vitamina K (VKDB, por sus siglas en inglés) es un trastorno hemorrágico que afecta a bebés recién nacidos. La VKDB causa moretones o sangrado en casi todos los órganos del cuerpo, incluyendo el cerebro.

La aplicación de una inyección de vitamina K al nacer puede ayudar a prevenirlo.

¿Cuáles son las causas del VKDB?

  1. La vitamina K no se moviliza fácilmente de la placenta de la madre al bebé.
  2. Las bacterias que ayudan a producir la vitamina K aún no están presentes en el tracto gastrointestinal del recién nacido.
  3. No hay suficiente vitamina K en la leche materna.

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Mitos sobre la vacuna

Un estudio publicado a principios de 1990 sugirió un vínculo entre la inyección de vitamina K y el cáncer infantil. Aunque no se pudo comprobar, muchas familias comenzaron a evitar la vacuna, así como a buscar otras formas para que sus bebés recibieran la vitamina.

Si bien algunos médicos permiten la opción oral, expertos en el tema aseguran que es un método menos efectivo para prevenir el sangrado, especialmente en el cerebro.

Lo sabemos, ningún padre disfruta la idea de que su pequeño reciba una vacuna. Pero recuerda, una sola inyección de vitamina K puede proteger a tu bebé de un trastorno hemorrágico grave y prevenible.

Si tienes dudas al respecto, consulta a un pediatra. 

 

Vía: Kids Health