Las personas con VIH tienen más probabilidades de desarrollar culebrilla (herpes zóster) y sus complicaciones relacionadas, en comparación con la población general.

La culebrilla causa un sarpullido doloroso que pica. Se desarrolla a partir del virus de la varicela-zóster, que es el mismo virus que ocasiona la varicela y el herpes zóster. Dicho virus puede permanecer latente en el cuerpo durante años sin ocasionar síntomas.

Cualquiera que haya tenido varicela podría desarrollar culebrilla. Alrededor de 1 de cada 3 personas en países como Estados Unidos desarrollará culebrilla a lo largo de su vida.

El sistema inmunológico suele suprimir el virus de la varicela-zóster, previniendo así los brotes. Sin embargo, si una persona posee un sistema inmunológico comprometido, puede experimentar síntomas de culebrilla.

Una persona con VIH podría tener una función reducida del sistema inmunitario si:

  • No ha recibido tratamiento
  • Está en las primeras etapas del tratamiento
  • Tiene la etapa 3 del VIH

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Cabe recordar que el VIH ataca y destruye específicamente las células CD4 del sistema inmunitario. Tener menos células CD4 y más VIH en la sangre puede provocar que una persona sea más susceptible a desarrollar culebrilla.

Varias investigaciones sugieren que las personas con niveles detectables de VIH, los cuales se miden por una carga viral elevada y niveles bajos de CD4, tienen más probabilidades de experimentar herpes zóster.

Las personas pueden desarrollar herpes zóster poco después de comenzar a tomar medicamentos antirretrovirales. Esto indica que el sistema inmunitario se está volviendo más fuerte y comienza a responder a virus y bacterias específicos en el cuerpo.

En ocasiones, la comunidad médica se refiere a esto como síndrome inflamatorio de reconstitución inmune (IRIS, por sus siglas en inglés). Alrededor del 20 por ciento de las personas pueden experimentar IRIS tras comenzar la terapia antirretroviral.

La mejor manera de estimular el sistema inmunitario es recibir un tratamiento eficaz para el VIH. Existen más de 30 medicamentos contra el VIH disponibles. Los medicamentos antirretrovirales pueden reducir la carga viral del VIH en la sangre a niveles indetectables, lo que permite que el sistema inmunitario se recupere y aumenten los recuentos de CD4.

Con el tratamiento correcto, una persona con VIH puede tener la misma calidad de vida que una persona sin VIH, incluyendo un menor riesgo de contraer infecciones bacterianas y virales, como la culebrilla.

 

Fuente: Medical News Today