Si una persona con VIH no recibe un tratamiento eficaz, el virus debilita la capacidad del cuerpo para combatir la infección y lo expone a enfermedades graves.

Cuando las células CD4 (glóbulos blancos que combaten infecciones y desempeñan un papel importante en el sistema inmunitario) están severamente agotadas, con menos de 200 células por milímetro cúbico, un médico puede diagnosticar lo que se conoce como síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que también se denomina VIH en etapa 3.

La presencia de ciertas infecciones oportunistas, que involucran bacterias, virus, hongos o micobacterias, ayudan a los médicos a identificar el SIDA.

Los síntomas del SIDA pueden incluir:

  • Visión borrosa
  • Tos seca
  • Sudores nocturnos
  • Manchas blancas en la lengua o la boca
  • Dificultad para respirar o disnea
  • Glándulas inflamadas que duran semanas
  • Diarrea, que suele ser persistente o crónica
  • Fiebre de más de 37 °C que dura semanas
  • Fatiga continua
  • Pérdida de peso involuntaria

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Consideraciones importantes

Una persona con SIDA tiene un riesgo significativamente mayor de desarrollar una enfermedad potencialmente mortal. Sin tratamiento, las personas con SIDA suelen vivir unos 3 años después del diagnóstico.

Sin embargo, al tomar otros medicamentos junto con el tratamiento del VIH, una persona con SIDA puede controlar, prevenir y tratar complicaciones graves.

Cuando una persona con VIH recibe un tratamiento eficaz, es posible que la infección nunca progrese a la etapa 3. El tratamiento también puede ayudar a la persona a recuperar parte de la función inmunológica perdida, lo que le ayudará a prevenir infecciones graves.

Si quieres saber más sobre el VIH y cómo puede progresar a SIDA, consulta a tu médico.

 

Fuente: Medical News Today