Las bandas elásticas de resistencia pueden llevarse a cualquier parte y ser utilizadas por casi cualquier persona.

Asimismo, cabe destacar que son tan efectivas como baratas, pero es importante usarlas adecuadamente para obtener todos sus beneficios en los entrenamientos de fuerza y ​​coordinación.

A medida que estires una banda de resistencia, comenzarás a sentir más y más tensión, lo que obligará a tus músculos a trabajar y, en consecuencia, a desarrollarse. Compra un juego de bandas codificadas según el nivel de resistencia. Está bien comenzar con longitudes simples de material elástico y progresar a un estilo de tubo con asas si más adelante deseas imprimirle variedad a tu rutina. Como regla general, las longitudes de 5 pies (1.5 metros) son lo suficientemente largas para la mayoría de los ejercicios.

Conoce más: 4 consejos para hacerle espacio al ejercicio en tu vida diaria

Para comenzar, envuelve firmemente un extremo de la banda elástica alrededor de cada mano. Obtén la cantidad justa de tensión para el rango de movimiento del ejercicio que estás haciendo. Mantener la tensión durante cada ejercicio hará que trabajes más grupos musculares y te ayudará a desarrollar tu coordinación y equilibrio.

Aumenta la resistencia disminuyendo la longitud de la banda entre tus manos. A medida que te hagas más fuerte y los ejercicios se vuelvan más fáciles de realizar, cambia a una banda con mayor tensión. Para aprovechar al máximo este tipo de entrenamiento, considera la posibilidad de tener un fisioterapeuta o entrenador certificado de fuerza y ​​acondicionamiento para que diseñe tus rutinas.

Asegúrate de revisar regularmente tus bandas y reemplazarlas tan pronto como veas grietas o rasgaduras. Si bien puedes guardar las bandas de resistencia en tu bolsa de trabajo o en tu maleta, no son a prueba de daños. El sol, el agua y otros tipos de exposición a la intemperie pueden deteriorarlas, así que trata de mantenerlas lejos de estos elementos cuando no las uses.

 

Vía: Health Day News