trastornoEs sabido que el TOC es un trastorno ligado a la ansiedad, las obsesiones y las compulsiones. En el caso de los menores, se vincula a conductas que el niño(a) siente que debe realizar repetidamente para evitar sentimientos molestos o prevenir algún mal.

Lamentablemente, este padecimiento puede interferir con sus actividades diarias. Por lo regular, se encuentra apegado a la preocupación por gérmenes, enfermedades, muerte o acontecimientos negativos.

Los niños suelen pensar que las cosas deben ser perfectas. Ante ello, realizan rituales constantes, como asear, repetir acciones hasta alcanzar la “perfección”, borrar, reescribir, formular la misma pregunta, disculparse, ordenar, acumular objetos, entre otros.

No es extraño que los niños sigan rutinas; sin embargo, éstas se atenúan a medida que crecen. Aquellos pequeños que continúan y se apegan, al extremo, a estos hábitos terminan por padecer el trastorno.

Si bien los niños pueden experimentar las mismas obsesiones que los adultos, a los menores de edad se les complica reconocer que los síntomas no tienen sentido o que son compulsiones excesivas.

El TOC puede volver muy estresante la vida de los niños. No son capaces de disfrutar el tiempo con sus amigos o divertirse en su tiempo libre. En el caso de los adolescentes, pueden llegar a creer que tienen problemas mentales.

Sobrellevar esta afección les resulta agotador e irritante. Afortunadamente, el TOC puede ser tratado de manera eficaz, aunque no existe una cura.

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Recomendaciones

Si consideras que tu hijo presenta los síntomas mencionados, recurre a un especialista. La terapia conductual puede ser muy efectiva para manejar los malestares.

Recuerda que los fármacos son una opción; no obstante, sólo se recomienda en casos específicos. Te aconsejamos:

  1. Enseñar a tu hijo que él o ella tiene el control, y no el TOC.
  2. Mostrarle que puede realizar lo contrario, haciendo frente a sus miedos —en un proceso lento y sin presiones—.
  3. Iniciar un proceso de aprendizaje en el que entienda que los temores no son reales.

Toma en cuenta que eres el mejor apoyo para el menor, ¡no lo abandones!

 

Vía: Aureen Pinto Wagner, profesora clínica adjunta de Neurología, Facultad de Medicina y Odontología, Universidad de Rochester.