Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, la actividad física regular es buena para la salud de todos, incluso para las personas que sufren alguna discapacidad. Si tú eres una de ellas, la dependencia señala que mantenerte activo puede ayudarte a:

  • Fortalecer tu corazón.
  • Desarrollar músculos fuertes.
  • Aliviar el estrés.
  • Mejorar tu estado de ánimo.
  • Sentirte mejor contigo mismo.

No obstante, recuerda que antes de comenzar cualquier tipo de ejercicio, debes hablar con tu médico sobre los tipos y cantidades de actividad física que son adecuados para ti. Si estás tomando medicamentos, asegúrate de averiguar si puedes afectar la forma en que tu cuerpo responde a la actividad física. También es una buena idea hablar con un profesional capacitado en ejercicio. Lo mejor es encontrar un gimnasio cerca de ti que sea cómodo y accesible, y preguntar si tienen experiencia trabajando con personas con discapacidad. Por ello, aquí algunos tips ofrecidos por el departamento para mantenerte activo(a).

1. Practica 2 horas y 30 minutos semanales de actividad aeróbica

Es crucial que apartes esta cantidad de tiempo a la semana para realizar actividades aeróbicas (actividades que hacen que tu corazón lata más rápido) de intensidad moderada. Para lograrlo:

  • Elige actividades como caminar rápido, caminar en silla de ruedas, nadar o rastrillar hojas.
  • Inicia lentamente y haz lo que puedas. Incluso 5 minutos de actividad física le dará beneficios a tu salud. Puedes acumular más minutos con el paso de los días.
  • Si no puedes practicar 2 horas y 30 minutos a la semana de actividad física, hazlo en el mayor tiempo que puedas.

Conoce más: Ventajas del yoga en personas con discapacidad

2. Realiza actividades de fortalecimiento muscular

Al menos dos días a la semana debes practicar este tipo de actividades, que incluyen:

  • Actividades como flexiones o levantar pesas. Elige aquellas que funcionen o sean adecuadas para tu discapacidad.
  • Quizás necesites a alguien que te ayude o te vigile mientras realizas ciertas actividades de fortalecimiento muscular. Habla con tu médico o con un profesional capacitado en este tipo de ejercicio.
  • Si puedes, intenta trabajar los músculos que usas con menos frecuencia debido a tu discapacidad.

3. Entrena con un amigo o familiar

Es importante que entrenes con un amigo o familiar, especialmente si estás probando una nueva actividad. Asimismo, si no cumples con tu objetivo de actividad física, no te rindas. Comienza de nuevo al día siguiente.

Finalmente, procura mantenerte activo(a) con base en tus habilidades. NUNCA te esfuerces de más, ya que podrías lesionarte.

 

Vía: healthfinder.gov