La terapia de exposición es un tipo específico de técnica de psicoterapia cognitivo-conductual que suele utilizarse en el tratamiento del trastorno de estrés postraumático (TEPT) y las fobias. Esta terapia es una técnica segura y comprobada cuando la pone en práctica un terapeuta experimentado y con licencia que se especializa en este tipo de afecciones y tratamientos. Cuando se aprovecha correctamente, la investigación científica ha demostrado que puede ser un método poderoso para ayudar a una persona a superar la ansiedad y el miedo asociados con el TEPT y las fobias.

En el trastorno de estrés postraumático, la terapia de exposición busca ayudar al paciente a enfrentar y controlar el miedo y la angustia que resultaron abrumadores debido al trauma, y ​​debe concretarse con mucho cuidado para no generar un nuevo trauma en el paciente. En ciertos casos, los recuerdos o recordatorios de traumas se pueden confrontar todos a la vez («inundaciones»), mientras que para otros individuos o traumas es preferible trabajar gradualmente hasta llegar al trauma más severo. Para ello se usan técnicas de relajación y se empieza con factores estresantes de la vida que han sido menos molestos, o abordando el trauma un paso a la vez («desensibilización»).

Un terapeuta trabaja con el cliente para determinar qué método es el más adecuado para él o ella según su trauma y su caso particular. Al paciente nunca se le obliga a participar en un tratamiento del que se sienta inseguro o le genere miedo. Un buen terapeuta ayudará a explicar los tipos de técnicas que les gustaría usar y garantizará que todas las preguntas del paciente sean respondidas de manera satisfactoria.

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Terapia de exposición para las fobias

En las fobias, la terapia de exposición se utiliza junto con ejercicios de relajación y/o imágenes. A esto se suma el aprendizaje de cómo lograr un estado relajado a voluntad, permitiendo que la técnica exponga gradualmente los temores de los pacientes y les ayude a sobrellevarlos.

Exponer a alguien a sus miedos o traumas previos sin que primero aprenda las técnicas de afrontamiento que lo acompañan, como la relajación, la atención plena o los ejercicios de imágenes, puede hacer que la persona simplemente vuelva a experimentar el trauma por el evento o el miedo. Por lo tanto, la terapia de exposición generalmente se realiza dentro de una relación psicoterapéutica con un terapeuta entrenado y experimentado, el cual conoce a profundidad tanto la la técnica como los ejercicios de afrontamiento relacionados.

Qué hacer si deseo recibir esta terapia

Cuando busques participar en una terapia de exposición para ayudar a tratar tu trastorno de estrés postraumático o fobia, busca un psicoterapeuta que tenga experiencia o esté especializado en este tipo de psicoterapia. Debido al posible daño que puede causar este tipo específico de terapia, no es recomendable que las personas consulten a un terapeuta u otro profesional que no esté específicamente capacitado y cuente con mucha experiencia en estas técnicas. No es algo a lo que alguien deba asistir por simple autoayuda, o por quedar bien con un amigo bien intencionado que te sugirió hacerlo.

No obstante, cuando se usa de forma adecuada y profesional, la terapia de exposición funge como una técnica psicoterapéutica segura y efectiva.

 

Vía: PsychCentral