La terapia de conversación puede ser una forma rentable de tratar la depresión en adolescentes que no toman o dejan de usar antidepresivos, al menos así lo informa un estudio reciente publicado en la revista Pediatrics.

Los antidepresivos normalmente se usan para tratar la depresión, pero hasta la mitad de las familias con un hijo que la padece deciden no utilizar estos medicamentos, señalan los investigadores. Además, casi la mitad de los adolescentes que comienzan a tomar antidepresivos dejan de tomarlos debido a sus efectos secundarios, el costo o la falta de beneficios.

«La depresión no tratada o insuficientemente tratada es una carga grave para muchos adolescentes y sus familias, y es común que el impacto se sienta durante muchos años después del diagnóstico», dijo el autor principal del estudio, John Dickerson, quien es economista de salud en el Centro Kaiser Permanente de Investigación en Salud, en Portland, Oregón.

Dickerson y sus colegas examinaron la relación costo-efectividad de la terapia de conversación, llamada también terapia cognitiva conductual (TCC), entre 212 adolescentes con depresión en los estados de Oregon y Washington.

Durante un período de dos años, los costos de la atención médica relacionados con la depresión para los que recibieron TCC promediaron unos 5,000 dólares menos que aquellos que recibieron atención habitual sin la terapia de conversación, mostraron los hallazgos.

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Además del costo real de administrar la terapia, los investigadores incluyeron aspectos tales como el costo de los servicios médicos y de salud mental, la hospitalización y los costos relacionados con el tiempo que los padres dedicaron a llevar a sus hijos a los tratamientos.

«Ahora tenemos evidencia de que la TCC no solo es clínicamente efectiva, sino también rentable. Estas son buenas noticias para los pacientes, sus familias y los sistemas de atención médica», destacó Dickerson.

La mayor parte de los estudios de TCC para jóvenes con depresión que el experto y sus colegas examinaron involucraban un programa de tratamiento mucho más prolongado, en comparación con el probado por Dickerson.

«Elegimos probar un modelo ‘magro’ con un número menor de sesiones de TCC porque es más probable que las organizaciones de atención sanitaria adopten este modelo», indicó el investigador.

También mencionó que es importante para los sistemas de salud y las familias saber que un programa breve de TCC probablemente mejore los resultados de salud mental para los adolescentes con depresión que disminuyen los antidepresivos, y también es probable que sean rentables con el tiempo.

 

Vía: Health Day News