Dormir es esencial para la salud integral, sin embargo, roncar es algo que puede afectar un descanso correcto. El sonido de los ronquidos no solamente resulta insoportable, sino que, en algunos casos, puede ser una señal de algún problema de salud.

Básicamente, los ronquidos son ocasionados porque, al dormir, los músculos del cuello y la garganta se relajan. Esto hace que las vías respiratorias se estrechen, dejando menos espacio para que pase el aire.

Es precisamente ese aire el que hace vibrar y sonar el tejido blando que queda colgando en ese espacio reducido, dando como resultado los nada gratos ronquidos.

Para evitar roncar, existen varios métodos, que van desde cirugías y uso de complementos, hasta acciones que puedes llevar a cabo por ti mismo.

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Por ejemplo, existen cinco ejercicios que sirven para fortalecer los músculos de la garganta, ayudando a disminuir la frecuencia y volumen de los ronquidos. Estos los puedes realizar tranquilamente desde casa:

Ejercicio 1.- Presiona el paladar -lo que se conoce como el ‘techo’ de la boca- con la punta de la lengua y luego empújala hacia atrás.

Ejercicio 2.- Presiona toda la lengua contra el paladar.

Ejercicio 3.- Presiona la parte de atrás de la lengua contra el suelo de la boca y luego empuja la punta de la misma contra tus dientes.

Ejercicio 4.- Abre la boca todo lo que se pueda y empuja hacia arriba el velo del paladar al tiempo que dices “Ahhhhh”.

Ejercicio 5.- Mastica algún alimento correoso, como las pasas, pero utilizando los diferentes lados de la boca en el proceso.

De acuerdo con expertos en salud, realizar estos ejercicios de forma constante puede reducir hasta en un 36% la frecuencia de los ronquidos, y en un 59% el volumen de estos.

También existen otras opciones para dejar de roncar:

1 Mantener un peso ideal. Incluso algo de sobrepeso puede provocar la aparición de ronquidos.

2 Eliminar o reducir el consumo de alcohol. El alcohol provoca que el sueño sea más pesado y que la musculatura se relaje, favoreciendo los ronquidos.

3 Cenar ligero. Evita cenas copiosas y difíciles de digerir.

4 Tomar una pequeña taza de café. Una dosis pequeña de cafeína favorece un sueño menos profundo y, por lo tanto, una relajación menor de los músculos.

5 Duerme en una posición correcta. Opta por acostarte de costado y evita el uso de almohadas altas.

 

Vía: BBC