De acuerdo con la Asociación Estadounidense para la Oftalmología Pediátrica y el Estrabismo, las gotas para dilatar los ojos tienen como función agrandar la pupila del ojo.

Recordemos que la pupila es el círculo negro ubicado al centro de la parte de color del ojo (llamada iris). Existen dos tipos principales de gotas. Unas que hacen que los músculos especiales del iris se contraigan, lo que hace que la pupila se agrande (dilatación); y otras que evitan que los músculos especiales reduzcan la pupila. También relajan la capacidad del ojo para enfocar (cicloplejía). Todos estos cambios son temporales y, por lo general, duran poco tiempo. Los dos tipos de gotas generalmente se usan juntos, ya sea como dos gotas separadas, como una sola gota combinada o como un aerosol.

Conoce más: 5 recomendaciones si usas gotas para ojos para tratar el glaucoma

¿Por qué son necesarias?

Un agrandamiento de pupila por gotas dilatadoras le permite al médico examinar el interior del ojo (estructuras oculares detrás del iris). Esto es necesario para diagnosticar muchos problemas oculares distintos. Sin las gotas, la pupila se vuelve muy pequeña cuando un médico enciende una luz y la coloca sobre el ojo de tu niño(a). Esta es una respuesta pupilar normal a la luz pero no permite un examen del interior del ojo. Asimismo, relajar los músculos de enfoque del ojo con gotas es la mejor manera para que el médico verifique si tu hijo(a) necesita anteojos. En algunos casos, las gotas oculares dilatadoras son necesarias para tratar problemas de la visión, como ambliopía, inflamación y miopía progresiva.

Si tienes más dudas sobre el uso de gotas para dilatar los ojos, consulta a tu médico oftalmólogo.

 

Fuente: American Association for Pediatric Ophthalmology and Strabismus