Los suplementos de aceite de pescado a menudo se promocionan como buenos para la salud del corazón, pero un nuevo estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry encontró que también pueden ayudar a combatir la depresión.

«Utilizando una combinación de investigación de laboratorio y de pacientes, nuestro estudio ha brindado una nueva y emocionante comprensión de cómo los ácidos grasos omega-3 producen efectos antiinflamatorios que mejoran la depresión», destacó Alessandra Borsini, neurocientífica posdoctoral del King’s College de Londres y autora líder de la investigación.

Según Borsini, ya se sabía que los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 poseen efectos antidepresivos y antiinflamatorios, pero no estaba claro cómo sucedía exactamente.

«Nuestro estudio arroja luz sobre los mecanismos moleculares involucrados en esta relación, que pueden ayudar a desarrollar nuevos tratamientos potenciales para la depresión que utilizan ácidos grasos poliinsaturados (PUFA, por sus siglas en inglés) omega-3», apuntó Borsini.

Estudios previos han demostrado que las personas con depresión mayor tienen niveles elevados de inflamación, pero no existen tratamientos antiinflamatorios probados para la enfermedad.

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El nuevo trabajo incluyó a 22 personas con depresión mayor. Una vez al día durante 12 semanas, se les dio uno de dos PUFA omega-3: 3 gramos de ácido eicosapentaenoico (EPA) o 1.4 gramos de ácido docosahexaenoico (DHA).

EPA y DHA son PUFA omega-3 que se encuentran en el pescado azul.

Se midieron los subproductos de EPA y DHA en la sangre de los pacientes antes y después del tratamiento, y se evaluaron sus síntomas de depresión.

El tratamiento con ambos omega-3 se asoció con una mejora significativa en la depresión, con una caída promedio del 64% en los síntomas para el grupo de EPA y del 71% en el grupo de DHA. Sin embargo, la investigación no probó causa y efecto.

Los niveles de EPA y DHA utilizados en este estudio no se pueden lograr comiendo pescado azul, subrayaron los investigadores.

Carmen Pariante,  autora principal del estudio y profesora de psiquiatría biológica, dijo que el estudio ha otorgado información vital para ayudar a dar forma a los ensayos clínicos de enfoques terapéuticos con ácidos grasos omega-3.

«Es importante resaltar que nuestra investigación no ha demostrado que simplemente aumentando los ácidos grasos omega-3 en nuestras dietas o tomando suplementos nutricionales podamos reducir la inflamación o la depresión. Los mecanismos detrás de las asociaciones entre la depresión y los PUFA omega-3 son complicados y requieren más investigación y ensayos clínicos para comprender completamente cómo funcionan e informar los enfoques terapéuticos futuros».

 

Fuente: Health Day News