La salud mental es el bienestar general de la manera en que piensas, regulas tus sentimientos y te comportas. En ocasiones, las personas experimentan una perturbación en este funcionamiento mental. Un trastorno de salud mental puede afectar tu capacidad para:
- Mantener relaciones personales o familiares.
- Funcionar en entornos sociales.
- Desempeñarte en el trabajo o en la escuela.
- Aprender a un nivel acorde a tu edad e inteligencia.
- Participar en otras actividades importantes.
Si bien existen muchos temas de interés sobre la salud mental, lo cierto es que, a menudo, la distinción entre una buena salud mental y una mala no es tan obvia. Por ejemplo, si tienes miedo a hablar en público, ¿significa que tienes un trastorno de salud mental o una fobia social?
A decir de especialistas, puede haber un trastorno mental cuando los patrones o cambios en el pensamiento, los sentimientos o el comportamiento causan angustia o alteran la capacidad de funcionamiento de una persona.
Es importante destacar que las normas culturales y las expectativas sociales también desempeñan un papel en la definición de los trastornos de salud mental. Es decir, no existe una medida estándar en todas las culturas. Lo que puede ser normal en una sociedad puede ser motivo de preocupación en otra.
¿Cuándo se necesita una evaluación profesional?
Cada afección de salud mental tiene sus propios síntomas. En general, puede ser necesaria la ayuda de un profesional si tienes cambios en tu alimentación o en los horarios de sueño, incapacidad para afrontar las actividades de la vida diaria; pensamientos inusuales, ansiedad excesiva, tristeza, cambios extremos de humor, entre otros signos.
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Muchas personas que tienen problemas con su salud mental consideran que sus signos y síntomas son parte normal de la vida o evitan el tratamiento por vergüenza o miedo. ¡No lo hagas! Consulta a tu médico si lo necesitas.
Con el apoyo apropiado, puedes identificar afecciones mentales y emocionales para recibir el tratamiento apropiado.
Fuente: Mayo Clinic