Si tú o un ser querido padecen ansiedad y esta comienza a obstaculizar su capacidad para disfrutar de la vida, interactuar en la escuela, trabajar o pasar el rato con amigos, o si ocasiona problemas en el hogar, es momento de buscar ayuda profesional.

Por ello, programa una cita con un proveedor de salud mental. Esto “no significa que tengan que comprometerse con el tratamiento o trabajar con un terapeuta específico. En realidad, es solo un control inicial, como un examen físico anual, pero para la salud mental y emocional», señala el doctor Joseph McGuire, psicólogo pediátrico en Johns Hopkins Medicine.

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Existen dos tratamientos principales para las personas con ansiedad:

  1. Terapia cognitivo-conductual (TCC), que implica aprender a reducir la ansiedad y enfrentar situaciones angustiantes.
  2. Manejo con medicamentos antidepresivos, que funciona bien por sí solo pero todavía mejor cuando se combina con TCC.

Si es un ser querido quien acude a terapia, continúa apoyándolo al:

  • Preguntarle qué puedes hacer para ayudarlo(a).
  • Preguntar si puedes asistir a una sesión de terapia para aprender algunas habilidades que te permitan ayudarlo(a) mejor.
  • Hacer tiempo para su propia vida e intereses para mantener su energía.
  • Alentarlo(a) a que pruebe con otro terapeuta si no se sintió cómodo(a) con el primero.

«Si te preocupa la ansiedad de un ser querido, el tratamiento temprano es ideal. Cuanto más tiempo dejes pasar la ansiedad o cualquier tipo de condición de salud mental o física sin intervención, más difícil será que tú o la persona afectada se recuperen», enfatizó McGuire.

 

Fuente: Johns Hopkins Medicine