Un episodio de manía generalmente implica un subidón emocional. La persona puede sentirse emocionada, impulsiva, eufórica y llena de energía. También puede sentirse nerviosa o notar que sus pensamientos parecen acelerarse. Hay quienes también experimentan alucinaciones y otros síntomas de psicosis.

Los episodios maníacos pueden implicar un comportamiento más impulsivo de lo habitual, a menudo porque la persona se siente invencible o intocable.

Por lo anterior, la impulsividad y la toma de riesgos pueden manifestarse de muchas formas. Tal vez la persona:

  • Renuncia a su trabajo abruptamente
  • Emprende un viaje por carretera sola sin decírselo a nadie
  • Hace una gran inversión por capricho
  • Conduce mucho más rápido de lo habitual, muy por encima del límite de velocidad
  • Participar en deportes extremos que normalmente no consideraría

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La hipomanía involucra muchos de los mismos síntomas, aunque son menos graves. A diferencia de la manía, la hipomanía no genera problemas en el trabajo o la escuela, ni en las relaciones personales. Los episodios de hipomanía no implican psicosis. Por lo general, no durarán tanto como los episodios de manía ni requerirán atención hospitalaria.

Con la hipomanía, la persona bipolar puede sentirse muy productiva y llena de energía, pero es posible que no note otros cambios en su estado de ánimo. Es posible que las personas que no la conocen bien tampoco noten tales cambios. No obstante, quienes sean más cercanos a la persona bipolar generalmente se darán cuenta de su estado de ánimo y de sus niveles de energía cambiantes.

 

Fuente: Healthline