Diversos estudios sugieren un estrecho vínculo entre el insomnio y la depresión:

  • Un metanálisis del año 2016 de 34 investigaciones concluyó que la falta de sueño, especialmente durante momentos de estrés, parecía aumentar significativamente el riesgo de depresión.
  • En un estudio del 2018 que examinó a 1,126 adultos que no tenían un diagnóstico de insomnio o depresión cuando comenzó el trabajo, el riesgo de depresión aumentó a medida que los síntomas persistentes del insomnio empeoraron con el tiempo.

Asimismo, las dificultades para dormir, incluido el insomnio, se encuentran entre los principales síntomas de la depresión.

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No obstante, las buenas noticias son las siguientes: los mismos tratamientos generalmente ayudan tanto a la depresión como al insomnio, sin importar qué condición se presente primero.

Los tratamientos más comunes son:

  • Terapia, incluida la terapia cognitiva conductual (TCC).
  • Medicamentos antidepresivos.
  • Cambios en el estilo de vida, que incluyen mejores hábitos de sueño, ejercicio regular y meditación.

RECUERDA: Al considerar un diagnóstico de insomnio, un profesional de la salud generalmente hará preguntas sobre:

  • Cualquier condición médica existente
  • Síntomas de salud física y mental que ha notado en ti
  • Factores estresantes en tu vida personal o profesional
  • Historial de sueño, incluido cuánto tiempo has tenido síntomas de insomnio y cómo afectan tu vida diaria

 

Fuente: Healthline