Alrededor de la mitad de todas las personas con enfermedad de Parkinson experimentan fatiga. Sin embargo, la fatiga asociada con dicha afección no es lo mismo que la sensación de cansancio que se tiene después de un largo día de trabajo o de cuidar a los niños, o después de tener insomnio durante algunas noches.

La fatiga relacionada con el Parkinson suele describirse como el tipo de agotamiento que hace que sientas que es imposible moverte, como si uno no tuvieras energía en absoluto. Los pacientes reportan un cansancio físico profundo que es diferente a la somnolencia. Puedes sentir que incluso las tareas diarias simples (preparar el desayuno, contestar el teléfono, escribir una lista de compras) te agotan.

Otra característica es un agotamiento mental debilitante, a veces llamado apatía de Parkinson, que dificulta la concentración. Es posible que tengas problemas para comenzar una tarea, seguir instrucciones o recordar detalles.

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El primer paso para aliviar la fatiga asociada con la enfermedad de Parkinson es descartar otras causas de cansancio, así lo indica la doctora Liana Rosenthal, profesora asistente de neurología en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y directora de núcleo clínico en el Centro Morris K. Udall,  Centro de Excelencia en Investigación para la Enfermedad de Parkinson. “Evaluamos a los pacientes para saber si hay otras cosas que contribuyen a la fatiga además de su enfermedad”, comentó.

En ocasiones, los pacientes pueden ser derivados a un especialista del sueño para una evaluación. Esto puede ayudar a identificar las causas del cansancio, como la apnea del sueño. “Nuestro objetivo es tratar primero cualquier problema de sueño, como el insomnio, la apnea del sueño u otras causas de falta de sueño. Una vez que tratamos y abordamos esos problemas, podemos ver si la fatiga todavía persiste”, agregó la experta.

 

Fuente: Johns Hopkins Medicine