El estrés no es necesariamente algo malo, ya que es lo que ayudó a sobrevivir a nuestros antepasados ​​cazadores-recolectores, y es igual de importante en el mundo actual. Puede ser saludable si te ayuda a evitar un accidente, a cumplir con un plazo ajustado o a mantener tu ingenio en medio de una situación caótica.

Todos nos sentimos estresados ​​a veces, pero lo que una persona encuentra estresante puede ser muy diferente para otra y no sentirlo de esa manera. Un ejemplo de esto sería hablar en público. Hay a quienes les encanta la emoción y otros se paralizan con solo pensarlo.

El estrés tampoco es siempre algo malo. El día de tu boda, por ejemplo, puede considerarse una buena forma de estrés.

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Sin embargo, el estrés debe ser temporal. Una vez que haya pasado el momento de lucha o huida, tu ritmo cardíaco y tu respiración deberían disminuir y tus músculos deberían relajarse. En poco tiempo, tu cuerpo debería volver a su estado natural sin efectos negativos duraderos.

Por otro lado, el estrés severo, frecuente o prolongado puede ser mental y físicamente dañino. Este es bastante común. Por ejemplo, una encuesta realizada en Estados Unidos reveló que el 80 por ciento de la población había tenido al menos un síntoma de estrés en el último mes, y el 20 por ciento reportó estar bajo estrés extremo.

Recuerda que, siendo la vida como es, no es posible eliminar el estrés por completo, pero podemos aprender a evitarlo cuando sea posible y manejarlo cuando sea inevitable.

 

Fuente: Healthline