Se dice que ser padres es el trabajo más grande (y el más desafiante) que muchos de nosotros tendremos en la vida. Pero la vida también puede ser difícil para los niños, sobre todo cuando pasan por momentos emocionalmente difíciles.
¿Qué podemos hacer los padres para ayudar a nuestros hijos a manejar episodios de ira, tristeza o ansiedad desencadenados por la escuela, los hermanos y la vida diaria? Sin importar si eres mamá o papá de un(a) niño(a) en edad escolar, un(a) preadolescente de entre 8 y 12 años o un(a) adolescente, practicar dos habilidades puede ayudarte tanto a ti como a tu hijo(a): validación y afrontamiento.
La validación enseña a tus hijos que está bien sentir y expresar sus emociones.
Cuando los padres usan la validación, le están afirmando a su hijo(a) que está bien sentir emociones y que no deben reprimirse. Les demuestran que comprenden sus sentimientos y su punto de vista, y establecen confianza. Esto, a su vez, puede ayudar a que el niño o la niña se sientan apoyados y abiertos a discutir soluciones.
Reconoce sus emociones con comentarios como: «Parece que estás frustrado(a) o enojado(a)» o «Veo que tuviste un día difícil en la escuela».
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Es posible que al principio un niño no responda a la validación: puede que no quiera hablar de sus emociones o que ignore tu interés. Pero la validación constante dará sus frutos con el tiempo.
Por otra parte, las habilidades de afrontamiento son formas en las que los padres pueden enseñar a sus hijos a manejar los problemas emocionales cuando surgen.
Los ejercicios de respiración son una estrategia popular, ya que son fáciles de aprender y rápidos de usar. Otras habilidades de afrontamiento incluyen la meditación guiada, la visualización, apretar una pelota para aliviar el estrés, salir a caminar o jugar al aire libre y leer juntos (ideal para niños en edad preescolar y primaria).
También es fundamental que los padres adopten estas estrategias cuando afronten sus propias emociones. Esto no solo los ayudará a sentirse más tranquilos, sino que es una excelente manera de demostrar que las habilidades de afrontamiento ayudan a todos, ¡incluso a los adultos!
Nunca insistas en que los niños mayores utilicen un mecanismo de afrontamiento, incluso cuando las situaciones lo requieran. Esto podría parecer un castigo y desencadenar una resistencia automática.
Fuente: Harvard Medical School