La enfermedad de Parkinson puede afectar los músculos de los labios, la lengua, la garganta, la laringe y los pulmones, cada uno de los cuales participa en la producción del habla, así lo indica Michigan Medicine, en Estados Unidos.

Los músculos rígidos y lentos de las áreas antes mencionadas pueden provocar los siguientes problemas:

  • Volumen de voz bajo o habla suave.
  • Sonidos imprecisos al hablar.
  • Hablar demasiado rápido o demasiado lento.
  • Voz monótona.
  • Ronquera.

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Cabe destacar que los cambios en el habla, así como en la deglución, pueden interferir con la comunicación y la alimentación de estas personas, lo que puede resultar perjudicial. Los programas establecidos y las nuevas estrategias de tratamiento pueden ayudar a fortalecer la voz y mejorar la deglución en quienes padecen Parkinson, aumentando su confianza y su salud.

Asimismo, un terapeuta del habla (también llamado patólogo del habla y del lenguaje) puede ayudar a estas personas a aprender formas de mejorar su habla. Ella o él puede brindar los siguientes tipos de ayuda:

  • Ejercicios de respiración para mejorar el volumen de la voz.
  • Ejercicios de habla para que los sonidos sean claros y precisos.
  • Consejos para ayudar a que la velocidad del habla sea más regular.
  • Ejercicios para practicar los cambios de tono cuando la persona habla.

 

Fuente: Michigan Medicine / The Michael J. Fox Foundation for Parkinson’s Research