Una consecuencia es lo que sucede en forma inmediata después de un comportamiento (conducta) específico. Las consecuencias pueden ser tanto positivas como negativas. Las primeras les demuestran a las personas que han hecho algo agradable para los demás. Las segundas les hacen saber que han hecho algo que no les agrada a las personas en su entorno, así lo indican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).

En resumen, las consecuencias son el resultado de nuestras acciones, y estas pueden clasificarse en naturales y no naturales.

Las consecuencias naturales son las experiencias que siguen naturalmente a una elección o comportamiento. Por ejemplo, salir en un clima frío sin un abrigo naturalmente conduce a la sensación de frío.

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Las consecuencias lógicas son consecuencias elegidas para seguir conductas que violan el comportamiento aceptable dentro de una familia u otro grupo. Tales consecuencias están configuradas para que ocurran lógicamente cuando una persona rompe las reglas, valores o comportamientos aceptables de la familia. Por ejemplo, es posible que se requiera que un niño pequeño que lanza un juguete se tome un tiempo para calmarse y pensar en su comportamiento. Un niño mayor puede perder un privilegio por un comportamiento inaceptable.

Entonces, las consecuencias lógicas se dividen a su vez en positivas y negativas.  Las consecuencias positivas refuerzan y fortalecen un comportamiento, mientras que las consecuencias negativas ayudan a reducir o eliminar un comportamiento. Aprender experimentando consecuencias es mucho más poderoso que hacerlo a través de un sermón o un castigo. El uso de consecuencias por mala conducta es un método de enseñanza eficaz para tratar los problemas de conducta en niños y adolescentes.

 

Fuente: CDC / University of Michigan Health