Ciertos factores que incluyen necesidades, miedos, dinámicas familiares y formas de comunicarse, pensar y sentir ponen a una persona en mayor riesgo de desarrollar un trastorno alimentario como anorexia, bulimia o atracones, así lo señala el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan.

Algunos de estos factores son:

  1. Necesidad de atención.
  2. Necesidad de complacer a los demás, tener el control o ser perfecto(a).
  3. Baja autoestima.
  4. Miedo o ambivalencia sobre crecer o desarrollarse sexualmente.
  5. Dificultad para lidiar con el conflicto o comunicar enojo, tristeza o miedo.
  6. Problemas con las relaciones familiares, incluida la dificultad para separarse de la familia.

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Por más irracional que parezca, un trastorno alimentario aporta un sentido de identidad, logro y poder a ciertas personas que tienen estos rasgos de personalidad.

Un pequeño número de personas que padecen trastornos alimentarios también han sufrido abusos sexuales o físicos. Pueden buscar controlar su entorno controlando su ingesta de alimentos.

Las personas que padecen trastornos alimentarios también pueden:

  • Tener problemas con el estado de ánimo, en particular depresión.
  • Actuar de manera más infantil que otros niños o adolescentes de la misma edad.
  • Tener dificultad para llevarse bien con otras personas, ya sea por irritabilidad o por incapacidad para interactuar socialmente.
  • Tener rituales o exigir que las cosas se hagan en un orden particular cada vez (rasgos obsesivo-compulsivos).

 

Fuente: University of Michigan Health