Durante las últimas etapas de la enfermedad de Alzheimer, una persona puede perder la capacidad de moverse y pasar gran parte de su tiempo en una cama o una silla. Dicha falta de movimiento puede ocasionar problemas como úlceras por presión o escaras, así como rigidez de los brazos, las manos y las piernas, así lo advierte el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, perteneciente a los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH).

Si la persona con Alzheimer no puede moverse por sí misma, comunícate con un asistente de salud en el hogar, un fisioterapeuta o una enfermera para que recibas ayuda y asesoría. Estos profesionales de la salud pueden mostrarte cómo mover a la persona de manera segura, como por ejemplo al cambiarla de posición en la cama o en una silla.

Un fisioterapeuta también puede mostrarte cómo mover las articulaciones del cuerpo de la persona mediante ejercicios de amplitud de movimiento. Durante estos ejercicios, debes sostener los brazos o las piernas de la persona, uno a la vez, y después moverlos y doblarlos varias veces al día. El movimiento previene la rigidez en extremidades superiores e inferiores. También previene las úlceras por presión o escaras.

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A continuación te mencionamos algunos consejos para que las personas con Alzheimer en etapas finales se sientan más cómodas:

  1. Compra colchones especiales y cojines de asiento en forma de cuña, ya que reducen las úlceras por presión. Puedes comprarlos en una tienda de suministros médicos, en una farmacia o por Internet. Pregúntale al asistente de salud en el hogar, a la enfermera o al fisioterapeuta cómo utilizar el equipo.
  2. Mueve a la persona al menos una vez cada 2 horas si está sentada.
  3. Mueve a la persona al menos una vez cada hora si está acostada.
  4. Utiliza una tabla para el regazo para descansar los brazos de la persona y sostener la parte superior de su cuerpo cuando esté sentada en la cama o en una silla.
  5. Usa una silla con reposabrazos para ayudar a reducir las posibilidades de que la persona se caiga. Los brazos de la silla también pueden ayudar a que la persona se ponga de pie.
  6. Dale a la persona algo que pueda sostener, como una toallita, mientras la mueves. Será menos probable que la persona se agarre a ti o a los muebles. Si ella o él es débil en un lado, párate en el lado débil para apoyar el lado más fuerte y ayudar a la persona a cambiar de posición.

 

Fuente: National Institute on Aging – NIH