Los médicos utilizan varios métodos y herramientas para ayudar a determinar si una persona con problemas de pensamiento o de memoria tiene la enfermedad de Alzheimer. Para diagnosticar la afección, los médicos pueden:

  1. Hacerle a la persona que experimenta los síntomas, así como a un familiar o amigo, preguntas sobre su salud general, el uso de medicamentos recetados y de venta libre, la dieta, los problemas médicos previos, la capacidad para realizar las actividades diarias y los cambios en el comportamiento y la personalidad.
  2. Administrar una evaluación psiquiátrica para determinar si la depresión u otra condición de salud mental está causando o contribuyendo a los síntomas de la persona.
  3. Realizar pruebas de memoria, de resolución de problemas, de atención, de conteo y de lenguaje.
  4. Solicitar pruebas de sangre, orina y otros análisis médicos estándar que pueden ayudar a identificar otras posibles causas del problema.
  5. Realizar exploraciones cerebrales, como tomografía computarizada (TC), imágenes por resonancia magnética (IRM) o tomografía por emisión de positrones (TEP), para respaldar el diagnóstico de Alzheimer o descartar otras posibles causas de los síntomas.

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RECUERDA: Los médicos podrían querer repetir estas pruebas para poder determinar mejor cómo la memoria de la persona y otras funciones cognitivas están cambiando con el tiempo. Las pruebas también pueden ayudar a diagnosticar otras causas de problemas de memoria, como derrame cerebral, tumores, enfermedad de Parkinson, trastornos del sueño, efectos secundarios de medicamentos, una infección u otro tipo de demencia. Algunas de estas condiciones pueden ser tratables y posiblemente reversibles.

Las personas con problemas de memoria deben volver al médico cada 6 a 12 meses.

 

Fuente: National Institute on Aging