Existen estudios que relacionan el zinc con la disminución de la duración de los resfriados. A decir de especialistas de Mayo Clinic, si bien se ha demostrado que las pastillas y el jarabe de zinc pueden tener esta función, no es la principal recomendación para prevenir o reducir la duración de enfermedades respiratorias.

Debes saber que, en su mayoría, los resfriados son causados por un tipo de virus conocido como rinovirus, que prospera y se multiplica en los pasajes nasales y la garganta. El zinc podría funcionar al prevenir que se multiplique este virus. También puede detener al rinovirus para que no se sitúe en las membranas mucosas de la garganta y la nariz.

Aunque esa es la premisa de diversos estudios, análisis recientes no recomiendan el zinc, debido a que las investigaciones anteriores no contaban con suficientes participantes para asegurar un alto grado de prueba. 

Además, los estudios usaron diferentes dosis y preparaciones por diferentes períodos de tiempo. Como resultado, no está claro cuáles deberían ser las dosis efectivas y el tratamiento.

Otros datos importantes para no utilizar zinc

  • El zinc, especialmente en forma de pastilla, tiene efectos secundarios, incluyendo náuseas o un mal gusto en la boca. 
  • Las personas que suelen utilizar aerosoles nasales con zinc podrían sufrir una pérdida permanente del olfato.
  • Recurrir a grandes cantidades de zinc puede tener una reacción tóxica, así como causar deficiencia de cobre, anemia y daño al sistema nervioso.

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Antes de considerar usar zinc para prevenir o reducir la duración de los resfriados, lo más seguro es hablar con un profesional de la salud. Recuerda que puedes reducir el riesgo de contraer o propagar un resfriado al:

  • Lavarte las manos frecuentemente con agua y jabón por al menos 20 segundos.
  • Evitar tocarte la cara, la nariz o la boca con las manos sucias.
  • Evitar el contacto cercano —como besar, dar la mano o compartir tazas y utensilios para comer— con otras personas si estás enfermo o ellos lo están.
  • Limpiar y desinfectar las superficies que tocas con frecuencia.
  • Cubrirte la tos y los estornudos con un pañuelo desechable.
  • Quedarte en casa cuando estés enfermo.

Ante cualquier duda, visita a un profesional de la salud.

 

Fuente: Mayo Clinic